Los vehículos conectados constituyen un tipo de movilidad que tendemos a imaginar en el futuro, en el cine de ciencia ficción, como cuando, en Yo, robot (2004), un agente de policía solicita varios informes mientras conduce y el sistema le pregunta «¿Qué tipo de música desea escuchar mientras se descargan?». Lejos de ser un futurible, hace años que los coches conectados forman parte de nuestra movilidad.
En la actualidad, todos viajamos con un smartphone en el bolsillo y, cada vez con más frecuencia, este se convierte en nuestro navegador GPS mediante aplicaciones como TomTom, Google Maps, Coyote o Waze, entre otras, cuando lo emplazamos en la consola central con imanes o ventosas. Es un primer paso hacia la conectividad.
eSIM, de embedded SIM) con su propia tarifa de datos; o bien mediante dashboards como Mirror Link, un sistema que muestra ciertas funciones del teléfono en la pantalla central del vehículo. ¿Cómo es la actualidad de los vehículos conectados?
Dicho esto, cuando hablamos de vehículos conectados, tendemos a hablar de aquellos que, o bien cuentan con la posibilidad de incluir una SIM integrada (ecall, de venta obligada en marzo de 2018
GPS, conexión con nuestra música e incluso dar servicio WiFi dentro del vehículo, son funciones de las que hablaremos más adelante y que suponen un plus de confort y calidad en el viaje. Pero si ha de resaltarse un elemento útil en conectividad, este es el eCall, un servicio de seguridad que actúa como una baliza en caso de accidente, avisando a los servicios de emergencia si nuestro vehículo detecta algún incidente como una detención brusca que haya podido herir a los ocupantes.
Revista Tráfico y Seguridad Vial. Diciembre de 2013 | Fuente: DGT
Según la DGT, el sistema eCall será obligatorio desde el 31 de marzo 2018 para todos los vehículos nuevos, y dado que el sistema realiza una llamada al 112, esto significa que los coches dispondrán de conexión. Esta no tiene por qué estar asignada a un número de teléfono con una tarifa de voz o datos, es decir, no tendrá un coste fijo para el usuario, y la llamada tendrá preferencia en la red.
¿Cuántos vehículos conectados hay en la actualidad?
A nivel mundial, y con datos del white paper de Hewlett-Packard titulado The Internet of Things and connected cars (abril de 2016), en 2013 un 5% de los vehículos que salían de fábrica disponían de una SIM propia que era posible asignar a una compañía de telecomunicaciones. A finales de 2015, se vieron multiplicados por dos en cuota de mercado, y se estima que hacia 2020 casi el 70% de la movilidad estará conectada a Internet.
Desde hace años, la demanda de coches conectados aumenta. Según una encuesta de Telefónica de 2014, ya entonces el 70% de los conductores se mostraba interesado en las posibilidades de estos vehículos, y el 80% de ellos esperaba que el coche conectado ofreciera la misma experiencia de conexión a la que estaban acostumbrados en casa.
En 2016, Accenture publicó un estudio en el que se estimaba que el 71% de los compradores estaba dispuesto a pagar un 10% más si el vehículo viniese de serie con los servicios de conectividad adaptados a sus necesidades, mientras el 41% se mostraba interesado por la seguridad, estando dispuesto a pagar por el servicio eCall.
Buena parte de estas demandas vienen de parte de la seguridad, pero no es el único factor que debe considerarse. Diferentes marcas están proponiendo nuevos servicios (así como ampliaciones de servicios existentes) orientados a una movilidad conectada.
Servicios que ganan hoy con la existencia de la movilidad conectada
Los distribuidores de contenido en streaming son probablemente los mayores beneficiados de los vehículos conectados. Podemos pensar en varios servicios de música bajo demanda con cuota mensual como Google Play Music, iTunes o Spotify.
Un usuario de estos servicios abona cerca de 10 euros mensuales por acceder cuando quiera (y pueda) a un ingente catálogo musical, que se reproduce gracias a una conexión rápida. Se suelen usar en casa o en el trabajo, donde llega la red WiFi y la tarifa plana.
Con los vehículos conectados, y tarifas de datos actualizadas a las nuevas necesidades al volante, las distribuidoras de contenido ganan más horas de uso y, por tanto, más valor como marcas; mientras los usuarios sienten que aprovechan más ese dinero que desembolsan todos los meses.
Esto no solo se aplica al conductor, ya que el resto de acompañantes también podrá disfrutar de la tarifa de datos del coche. Servicios de películas en streaming, como Netflix; plataformas para ver vídeos, como YouTube o Vimeo; e incluso medios digitales, como Medium y Nobbot, podrán beneficiarse de un aumento de las horas de conexión.
Las compañías de telecomunicaciones, claves en el vehículo conectado
Debido a su posición inmejorable para dar un servicio de conectividad, empresas de telecomunicaciones, como Orange, están dando el salto a acuerdos con marcas de vehículos. Este servicio es doble:
- Por un lado, ofrecen una salida para la ingente cantidad de datos que se producen y que las marcas pueden usar para mejorar su servicio.
- Por otro, facilitan la conectividad de los ocupantes. Este es el más visible, y posiblemente uno de los más grandes de un pastel con miles de servicios.
Las empresas de telecomunicaciones gestionan decenas de millones de líneas fijas y móviles en España (estas últimas ascendieron en 2016 a 50.917.207 líneas particulares, excluyendo las líneas de empresa). Teniendo en cuenta que en 2017 y según la DGT había 23.787.912 turismos en circulación, sin contar camiones, autobuses y motocicletas, entre otros, dar conectividad a estos vehículos supondría una ampliación potencial del mercado del 46,7%.
Con este objetivo, Orange y SEAT acaban de hacer público un acuerdo que pretende potenciar nuevos avances en el desarrollo y uso del coche conectado, así como sentar las bases de una colaboración conjunta en diferentes áreas de trabajo. En este sentido, el convenio se centra en tres ejes principales de actuación: mejorar la experiencia de los ocupantes en el vehículo desarrollando innovaciones del coche conectado, acercar la experiencia digital del hogar o la oficina a los usuarios del coche y la puesta en marcha de un programa de fidelización que promueva el uso recurrente de aquellas nuevas soluciones de conectividad y movilidad que lancen al mercado.
Suponiendo que se conserve la edad media del parque de turismos en España, que ronda los 12 años, y contando la tendencia al alza de vehículos en nuestras carreteras, en una década el mercado de las empresas de telecomunicaciones en líneas móviles con datos puede multiplicarse por 1,5.
Sin embargo, las telecos no pueden quedarse “inmóviles” como un agente encargado únicamente de cobrar un peaje por bombear la información de un lugar a otro, ya que el crecimiento casi explosivo que tendrán los coches conectados (y por tanto los datos que envíen) podría saturar la infraestructura existente, aportando un magro beneficio.
Se estima que los vehículos conectados podrían emitir cerca de 5 TB en datos en una sola hora, según Automotive World, debido a los numerosos sensores y registros automáticos. ¿Ejemplos? Velocidad, GPS, estado de la vía, estado del vehículo y componentes, estado del conductor y pasajeros, sensores de temperatura, humedad, luminosidad, presión…
La lista es enorme sin siquiera tener en cuenta los vehículos autónomos o las subidas de datos de los usuarios del vehículo, por lo que el reto es saber qué hacer con toda esa información, cómo almacenarla, procesarla y obtener conocimiento con ella. Las empresas de telecomunicaciones tendrán que aportar un servicio extra de análisis de grandes volúmenes de datos, cuyo know-how y conocimiento aporten valor a diferentes mercados secundarios.
Mercados y agentes secundarios interesados en la conexión de los vehículos
Existen numerosas empresas que pueden beneficiarse de la movilidad conectada, además de aquellas que se basan ya de manera íntegra en los datos. Algunas de las que a día de hoy ya se muestran interesadas en esta tecnología son las compañías de movilidad, las agencias de seguros y los propios fabricantes de componentes para vehículos.
Carsharing, VTC, Taxi, Transporte público… y, en general, cualquier servicio de movilidad existente se beneficiará de la llegada de los vehículos conectados. Desde hace tiempo, los autobuses urbanos han instalado WiFi para sus vecinos. Un servicio similar se ofrece en compañías VTC, como Uber o Cabify (junto a la ya clásica botella de agua mineral), de modo que el ocupante pueda usar Internet.
Compañías aseguradoras. El permiso por puntos (más concretamente los puntos restantes del carné) supuso un importante baremo para medir grosso modo la buena o mala conducción del asegurado. El motivo por el cual muchas compañías de seguros buscan conductores con todos los puntos es porque estos se ven inmersos en menos episodios. Si tienen menos accidentes, se les puede ofrecer un servicio de cobertura a un precio notablemente inferior.
Gracias al vehículo conectado, las compañías aseguradoras podrán comprar a la marca del vehículo los datos de conducción del asegurado para ofrecerle planes que le interesen personalmente en base a su modo de conducir: cauto, prudente, responsable, pero también temerario, imprudente, arriesgado… Esto se conoce como connected car insurance o seguros de vehículo conectado.
Empresas fabricantes. El grueso de los componentes para turismos y otros vehículos no se fabrican por las marcas que los venden, sino que son diseñados por compañías externas y reparadas por empresas con licencia (talleres). Para mejorar la calidad de los distintos componentes, se registran los datos del puerto OBD II u OBD2. Cuando estos datos estén disponibles en tiempo real, los fabricantes podrán tomar decisiones más flexibles.
Por ejemplo, si el OBD II detecta un comportamiento inusualmente extraño en determinada tanda de piezas, la marca tiene la posibilidad de contactar con los dueños antes de que falle y se convierta en un problema. De igual modo, los fabricantes pueden corregir el error y el taller puede hacer un mantenimiento predictivo mucho más asequible.
Una mirada hacia el futuro de los vehículos conectados
Esta radiografía de la movilidad conectada no quedaría completa sin echar un vistazo a las posibilidades futuras de los coches conectados a Internet, sus proyecciones y futuribles, algunos ya con un pie en el mercado.
Pago en zona SER o parking. Centros comerciales, parkings profesionales o ayuntamientos lo tendrán mucho más fácil a la hora de cobrar el uso del espacio cuando los vehículos estén conectados, ya que la señal GPS informará de dónde se encuentra el vehículo y el pago se tramitará telemáticamente. No serán precisas ni barreras ni otros sistemas de gestión costosos.
Vehículos eléctricos. La penetración en el mercado de los vehículos eléctricos depende en buena medida de cómo cambiemos nuestros hábitos de uso. Un vehículo eléctrico conectado podrá avisar al dueño de que la carga está completa, o al porcentaje elegido. Esto es especialmente útil para las flotas de vehículos eléctricos de alquiler.
Compañías de salud. En 2017 se descubrió un sistema para medir la glucosa en sangre sin necesidad de pinchazos, un sistema que podría embeberse en un volante. En el Foro Económico Mundial 2016 ya se mencionó la posibilidad de que compañías biotecnológicas invirtiesen en dotar los vehículos con distintos sensores. Un viaje de 30 minutos (ir al trabajo) podría convertirse en un chequeo médico básico.
Cuerpos de seguridad. Teniendo en cuenta cómo ayudan los datos de los teléfonos móviles a determinar la culpabilidad e inocencia de los acusados en distintos procesos judiciales, los vehículos conectados suponen una importante fuente de datos. Por supuesto, privada y solo accesible por vía judicial como ocurre hoy con el GPS del móvil.
Climatología. Por poner alguna ciencia que podría beneficiarse de manera considerable, tengamos en cuenta que el AEMET solo dispone de 800 estaciones meteorológicas. Pensemos en qué supondría para la previsión del tiempo y los estudios sobre el Cambio Climático el disponer de 30 millones de vehículos con sensores de temperatura, presión del aire, y otros.
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Imágenes | Matan Vizel, iStock/jacoblund, iStock/UberImages