Algunos escépticos pueden pensar que tras la telemedicina se encuentran los tristemente famosos e ilegales negocios de la venta de medicamentos por Internet, pero ya adelanto que la cosa no va por ahí ni mucho menos. En realidad la telemedicina es un hecho que lleva asentado mucho más tiempo del que creemos, antes incluso que el advenimiento del Internet comercial.
Hay que fijarse simplemente en la palabra telemedicina para descubrir de que estamos hablando, la aplicación de las técnicas y conocimientos médicos de una manera remota, es decir, sin que el médico se encuentre necesariamente al lado del paciente, por poner un ejemplo. Cierto es que actualmente es muy difícil, por no decir imposible, pensar en que un enfermo pueda obtener un diagnóstico fiable a no ser que sea examinado insitu por su médico, y en realidad la telemedicina no viene exactamente a eliminar este necesario contacto, aún quedan muchos años para ellos, pero ya se van dando pasos en esa dirección desde hace años.
La telemedicina en realidad ya era posible en el momento que se usó el teléfono para poder comunicar a médico con paciente o a dos médicos entre si para poder contrastar diagnósticos. Internet ha permitido potenciar mucho más esta comunicación, aumentando de una manera brutal el número de cooperaciones entre instituciones médicas a la hora de solicitar una primera o segunda opinión médica.
Pero la telemedicina ha realizado logros mayores, como por ejemplo operaciones en las que el cirujano se encontraba a miles de kilómetros de distancia. Eso fue lo que ocurrió el 7 de Septiembre de 2001, cuando el doctor Jacques Marescaux desde la ciudad de Nueva York extirpó la vesícula a una paciente que se encontraba en el hospital universitario de Estrasburgo en Francia. A esta operación se la llamó la operación Lindbergh. Marescraux manejaba mediante unos controles a un robot que realizaba la operación sobre la paciente, este mismo robot, evidentemente, transmitía en vídeo la operación para Marescraux.
La operación Lindbergh es un hito de la Telemedicina y se puede decir que rompió de una manera notable el hielo que había entre algunos de los reacios a usar esta tecnología. Aunque hay que decir que el uso más cotidiano de la telemedicina es bastante más simple que la operación realizada por Marescraux. Por ejemplo, la videoconferencia entre centros médicos para que los doctores puedan enfrentar opiniones sobre un caso clínico es algo muy habitual en la mayoría de hospitales, esta misma videoconferencia se usa para e-learning de los equipos médicos, que no precisan estar presenten en el lugar de la clase.
Aunque el uso más habitual de la videoconferencia dentro de la telemedicina es el de la telediagnósis, que como se puede adivinar es la realización de diagnósticos clínicos sobre un paciente sin estar presente el médico. Esto en realidad no es totalmente cierto, ya que alguien con los suficientes conocimientos médicos debe estar junto al paciente para poder transmitir los síntomas correctamente al experto al otro lado de la línea. La telediagnósis se usa mucho en caso de desastres naturales o accidentes que requieran de mucha ayuda médica. En relativamente poco tiempo se puede montar un puesto médico conectado a una webcam tras la que se encuentra un equipo médico especializado. El equipo de auxilio se planta frente a la webcam junto al paciente para narrarle detenidamente todos los males del paciente y aplicar la solución que le transmitan los médicos, los cuales pueden estar a tres continentes de distancia.
Herramientas de telemedicina para el uso cotidiano del ciudadano de pie realmente no hay, su uso lógicamente está restringido a los centros médicos, aunque es muy seguro que en cosa de varios años podamos contar con algún tipo de «diagnosticador» casero que transmita nuestros síntomas al médico de cabecera y este desde su despacho nos devuelva el tratamiento más apropiado. Suena a un futuro lejano, pero la telemedicina tiene en el telediagnóstico su principal uso y ya lleva siendo usado bastantes años sin que seamos muy conscientes de ello.
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Saludos.
Totalmente de acuerdo. La telemedicina es el futuro de la sanidad. Desde el punto de vista profesional, desde un centro de salud, que es donde yo trabajo, considero más que destacable la el servicio que puede llegar a dar una plataforma de salud en internet siempre que ésta esté hecha con seriedad. Esto puede llevar en un futuro a evitar infinidad de visitas a los centros sanitarias tan solo pidiendo un primer consejos por vía telemática.
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Saludos