El grafeno, ese nuevo material del que tanto se espera, no deja de proporcionar noticias. Una de los últimas, y quizás más esperanzadoras, trata sobre el desarrollo de la primera retina artificial ultrafina del mundo fabricada con este material. Esta retina de grafeno podría mejorar de manera radical la tecnología implantable en personas que padecen ceguera. Quizás en un futuro, este avance podría devolver la vista a millones de personas con enfermedades retinianas. En España, según datos de la Fundación RetinaPLus+, se calcula que cerca de 5 millones de personas están en riesgo de padecer ceguera por enfermedades propias de la retina
Asociación Americana de Química.
«Esta es la primera demostración de que se puede usar grafeno y disulfuro de molibdeno para fabricar con éxito una retina artificial», afirma Nanshu Lu, de la Universidad de Texas, EE.UU. «Aunque esta investigación todavía está en sus inicios, es un punto de partida muy prometedor para el uso de estos materiales en la restauración la visión», añade. Además, según esta investigadora este dispositivo también podría ser implantado en otras partes del cuerpo para controlar las actividades del corazón y el cerebro. El avance se ha comunicado en el último encuentro de lala difícil curvatura natural de la retina
La retina, ubicada en la parte posterior del ojo, contiene células fotorreceptoras especializadas, llamadas varillas y conos, que convierten la luz en señales nerviosas. Estos impulsos viajan al cerebro a través del nervio óptico, donde se decodifican en imágenes visuales.
Las enfermedades como la degeneración macular, la retinopatía diabética y la retinitis pigmentosa pueden dañar o destruir el tejido de la retina, lo que lleva a la pérdida de la visión o la ceguera completa. No hay cura definitiva para muchas de estas enfermedades, si bien los implantes de retina basados en silicona han restaurado un mínimo de visión a algunas personas.
Sin embargo, Lu afirma que estos dispositivos son rígidos, planos y frágiles, por lo que es difícil replicar con ellos la curvatura natural de la retina. Como resultado, los implantes de retina a base de silicona a menudo producen imágenes borrosas o distorsionadas y pueden causar tensión a largo plazo o daño al tejido ocular circundante, incluido el nervio óptico.
El equipo formado por Lu y la profesora Dae-Hyeong Kim, de la Universidad Nacional de Seúl, buscan desarrollar una alternativa más fina y flexible, que imite mejor la forma y función de una retina natural.
Los investigadores utilizaron materiales 2D, incluidos el disulfuro de grafeno y molibdeno, así como capas delgadas de oro, aluminio y nitrato de silicio para crear una matriz de sensores flexible, de alta densidad y curvada. El dispositivo, que se asemeja a la superficie de un balón de fútbol aplanado o icosaedro, se ajusta al tamaño y la forma de una retina natural sin perturbarlo mecánicamente.
En estudios de laboratorio y en animales, los fotodetectores del dispositivo absorbieron la luz fácilmente y la enviaron a un circuito que alojaba todos los componentes electrónicos necesarios para procesar digitalmente la luz, estimular la retina y captar señales de la corteza visual.
A partir de estas pruebas, los investigadores determinaron que este prototipo de retina artificial es biocompatible e imita con éxito las características estructurales del ojo humano. Afirman que podría ser un paso importante en el desarrollo de una próxima generación de prótesis blandas de retina bio-electrónica.
¿retinas de grafeno para observar el corazón?
De cara al futuro, Lu está explorando formas para integrar esta tecnología en tatuajes electrónicos aplicables en la superficie de la piel para recopilar información de salud en tiempo real. Este equipo de investigadoras planea agregar transistores a estos e-tatuajes transparentes con el objetivo de amplificar las señales del cerebro o el corazón para que, de esta forma, puedan ser monitorizados y tratados más fácilmente en caso de que padezcan algún trastorno.
Por ejemplo, Lu cree que los médicos podrían programarlos para actuar como pequeños marcapasos, enviando impulsos eléctricos a través del corazón para corregir arritmias.