Uno de cada diez adolescentes españoles, reconoce haber realizado retos virales peligrosos, según un estudio del grupo de investigación Ciberpsicología de la Universidad Internacional de La Rioja.
El trabajo evidencia que los retos virales más frecuentes son los sociales (80.3%), seguidos de los solidarios (20.6%), si bien cabe destacar la incidencia de los peligrosos (8%), por el potencial riesgo para la integridad de los menores que suponen. Lo habitual es que realicen diferentes tipos de retos virales a la vez. Así, el 15.3% de los adolescentes realiza a la vez retos sociales inofensivos, junto a retos virales peligrosos.
Aunque los resultados no revelan diferencias significativas entre chicos y chicas, sí se observa una mayor prevalencia de chicos que realizan retos peligrosos. Los más jóvenes (6º Primaria) son los que más satisfacción experimentan ante la realización de los retos en general.
Los adolescentes reconocen que sus motivaciones para realizar estos retos son principalmente sociales: para sentirse integrados o aceptados por su grupo de amigos.
El grupo de investigación Ciberpsicología de UNIR analizó una muestra de 417 menores (41.2% chicos, 58.8% chicas) de entre 10 y 14 años, a través de un cuestionario diseñado y validado para el estudio, la escala Viral Internet Challenge Scale (VICH-S).
Participaron adolescentes de cinco centros educativos de tres regiones españolas: Aragón, Principado de Asturias y Castilla y León. La muestra se repartió entre 119 estudiantes (42 chicos, 77 chicas) que cursaban sexto curso de Educación Primaria; y 298 estudiantes (130 chicos, 168 chicas) de primer y segundo curso de Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
TikTok, la plataforma preferida para retos virales
Los retos virales se han popularizado en los últimos años, en consonancia con el auge de aplicaciones como TikTok, una de las plataformas online más prominentes en este fenómeno en Internet. Según el Informe Sensor Tower (2020), TikTok tuvo la mayor cantidad de descargas para cualquier aplicación en un trimestre, con 315 millones de instalaciones en App Store y Google Play.
Parte del éxito de los retos virales se justifica por la breve duración de los vídeos (menos de 1 minuto), su enorme diversidad y su fugaz viralidad: si un reto está de moda al poco tiempo deja de estarlo y se pone de moda otro.
Existen tres tipologías de retos. Los sociales son aquellos que tienen un componente social o familiar de diversión como bailes o bromas inofensivas. Los solidarios, cuyo propósito es concienciar a los usuarios sobre una causa social determinada, ayudar a los demás, o fomentar buenas conductas. Por ejemplo, el Ice Bucket Challenge, uno de los primeros retos que se conocen que consistía en tirarse un cubo de agua fría con el objetivo de para recaudar fondos para luchar contra la esclerosis múltiple amiotrófica; o el Trashtag Challenge, que anima a limpiar el entorno.
Y, finalmente, los peligrosos, que ponen en riesgo la integridad de la persona que lo hace o de otras personas, como Caza al pijo, que consiste en dar una paliza a una persona por la calle; o el Coronavirus Challenge, iniciado por una influencer que puso de moda el reto de lamer un retrete público durante la pandemia. Son estos últimos los de mayor proyección.
A mayor variedad de retos virales, mayor satisfacción
La investigación indica que una mayor variedad de retos (sociales, solidarios, peligrosos) parece llevar consigo una mayor satisfacción y motivaciones sociales a la hora de realizar challenges. Además, este fenómeno guarda relación con problemas como la Nomofobia, el miedo a estar sin el teléfono móvil, y el temor a no estar al día de lo que pasa en tu grupo de iguales y con aspectos de inteligencia emocional online.
También está relacionado con la proyección idealizada de uno mismo, ya que este tipo de retos captan la atención de miles de usuarios en poco tiempo, y permiten obtener fácilmente likes y seguidores. Esto hace que algunos usuarios se excedan realizando actos extremos y peligrosos para aumentar su audiencia.
El Dr. Joaquín González-Cabrera, autor del estudio, en el que participa también la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), y director del grupo de investigación de Ciberpsicología en UNIR, considera que “esta investigación permite conocer más en profundidad un fenómeno en auge, y encaminar labores de prevención necesarias para la realización responsable de retos virales que no supongan un peligro para los menores”.
En este sentido, tal como sugiere la Dra. Jessica Ortega-Barón, investigadora y autora principal de este estudio, “son muy importantes las labores de educación, concienciación y supervisión parental que permitan limitar y controlar el acceso y la subida de vídeos con carácter autolesivo, violento, peligroso, discriminatorio o que hiera la sensibilidad del menor”.
comunicación para la prevención
Para llamar la atención y advertir sobre este peligroso fenómeno de los retos virales, Orange, con la colaboración de la Policía Nacional, lanzó una campaña de difusión y concienciación, cuyos ejes son dos materiales audiovisuales:
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- Un vídeo de ficción, a modo de historia, que pretende generar interés y que surjan esas conversaciones de valor entre padres e hijos sobre el impacto que la situación en él retratada les produce. En este caso, la ficción que se expone, lamentablemente muy real, es la de un adolescente que hace el pino en la cornisa de un edificio mientras es grabado con sus móviles por un grupo de amigos.
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- El segundo es un vídeo realista en el que participan adultos y/o menores reales a los que se enfrenta a una situación en torno al fenómeno del mes, para que comprendan en qué consiste y sus secuelas. Para esta ocasión, y siguiendo la línea del vídeo anterior, los jóvenes invitados a la experiencia se enfrentan, sin saber que es ficción, al impacto de las consecuencias de uno de estos desafíos y reflexionan sobre ello.
Supervisar el tipo de contenidos a los que acceden sus hijos en Internet, observar lo que publican en sus perfiles y si tienden a imitar la conducta de otras personas, o conocer los influencers a los que siguen y si estos plantean retos o publican fotografías o vídeos de los mismos, son algunas de las recomendaciones a seguir para detectar una situación de riesgo ante estos challenges.
En caso de detectar que alguien propone un desafío viral que pudiera ser peligroso para niños y adolescentes, se debe comunicar y reportar en la red social o espacio correspondiente y alertar, en caso necesario, a las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Pactar con los menores unas normas de uso responsable, inteligente y respetuoso de los ordenadores, tabletas o smartphones, advertirles de los riesgos que entraña compartir datos personales con otros usuarios online o trabajar su autoestima para que sepan gestionar la opinión de los demás son otras pautas básicas para prevenir las consecuencias negativas de ciertos comportamientos en la red.
Esta campaña de prevención sobre los retos virales forma parte de la iniciativa “Por un uso Love de la Tecnología”, lanzada en septiembre de 2017 por Orange para concienciar a jóvenes niños y adultos sobre la importancia de utilizar de forma segura y responsable de la tecnología. Asimismo, se anima a pensar y debatir sobre las consecuencias de un uso indebido de la tecnología y las herramientas digitales, que derivan en fenómenos como el sexting, el ciberbullying, la incomunicación, el sharenting o la exposición temprana de los menores a contenido adulto.