La sevillana Sara Pinto es bióloga y CEO de Brutal.org, un proyecto fundado en 2017 para la divulgación, investigación y conservación de la biodiversiad bajo una premisa: que lo que se haga sea realmente útil. Ya sea en un parque natural de Kenia o en la cornisa de un edificio de cualquier ciudad donde haya anidado un vencejo o un murciélago. Y con acciones tan sorprendentes como, por ejemplo, montar un safari por el centro de Sevilla. Para que todo el que quiera pueda ver la enorme riqueza de flora y fauna que habita en los jardines y parques de la capital hispalense.
Pinto ha coordinado a nivel nacional el programa educativo Raíces y Brotes, del Instituto Jane Goodall, a quien conoce en persona. Inspirada por la célebre etóloga, la bióloga defiende la importancia de las pequeñas acciones locales en defensa de la biodiversidad para lograr un resultado global.
«No compres, repara»
– ¿Qué podemos hacer los ciudadanos de a pie? ¿Qué pequeñas acciones serían posibles, más allá de reciclar la basura, ahorrar agua o no ensuciar las playas?
Hay algo que podemos hacer prácticamente: hacer consumo responsable. No compres algo si no lo necesitas, repara o compra de segunda mano. Esto reduce un coste altísimo de recursos hídricos y de energía que están en el origen del problema del cambio global. Una segunda opción es cuidar lo que tenemos cerca. Algo tan sencillo como poner plantas autóctonas en la terraza y respetar a la fauna que tenemos como vecina hace de las ciudades y pueblos espacios biodiversos. Estamos ayudando de forma directa a la fauna y la flora.
– También aboga por la necesidad de implicar a las administraciones locales en una defensa activa del medio natural. ¿Cómo se puede conseguir?
Igual que las empresas o la ciudadanía a nivel individual, las administraciones tienen un papel crucial y tienen que implicarse de forma activa. Desde mi punto de vista, la mejor opción es la colaboración. Muchas veces hay acciones que se llevan a cabo o no por desconocimiento. Colaborar con las administraciones para encontrar una solución que permita la convivencia entre el ser humano y el resto de seres vivos es clave.
Por ejemplo, si nos encontramos en una situación en la que un edificio debe ser restaurado o incluso derruido, pero en él habita fauna urbana, habrá que buscar una solución para que ser humano y fauna puedan salir beneficiados. La restauración es necesaria porque puede ser un peligro, pero se podrán buscar medidas compensatorias. Hay ejemplos maravillosos como el trabajo que hizo Ecourbe con la muralla de la Macarena en Sevilla. Cuando hay diálogo y ganas de buscar una solución, la naturaleza sale ganando.
«LOS ZOOLÓGICOS NO TIENEN SENTIDO»
– Ha trabajado en distintos zoos. ¿Qué le aportó esta experiencia para decidirse a fundar Brutal.org?
He pasado por distintos centros con fauna, unos zoos, otros más centros de recuperación o una mezcla. De esto hace muchos años ya, porque cuando los conocí desde dentro comprobé que no cuadraban con mi forma de entender la conservación. Eso sí, aprendí mucho. Los zoológicos como tal no tienen sentido en la conservación del siglo XXI. Obviamente hacen falta centros de conservación en los que vamos a tener animales en cautividad, pero que se diseñan no como un espectáculo por el que pagas una entrada, sino pensando en como puedes mejorar la genética o la población de una determinada especie, a la que vas a acabar ayudando en su hábitat natural. Ahí está el ejemplo de los centros de cría del lince.
Además, entran miles de animales de tráfico ilegal que no pueden ser reintroducidos y que tienen que ser ubicados en algunas instalaciones. Ahí es donde tiene sentido que se trabaje en cautividad, pero sólo cuando no queda otra opción y es imposible trabajar in situ necesitaremos recurrir a trabajar ex situ.
– Uno de sus planes más ambiciosos es crear un centro de recuperación de fauna silvestre en Sierra Nevada (Granada). ¿Por qué allí?
Los motivos de escoger Sierra Nevada son varios. A nivel técnico, el escoger Lanjarón [Granada] es beneficioso porque es de fácil acceso para que cualquier persona pueda traer un animal rescatado, pero a la vez nos encontramos en el entorno de un Parque Nacional como Sierra Nevada. Es decir, estamos en la naturaleza. Esto facilita tener instalaciones de ‘presuelta’ en el propio centro que puedan ser utilizadas para preparar a los animales para su reintroducción en la zona. De cara al cambio climático, hay que ser conscientes de los escenarios que tenemos en Andalucía, y Sierra Nevada, por su altura, en un futuro puede ser uno de los últimos refugios para ciertas especies, puesto que se observa ya un desplazamiento en altura. Tenemos que pensar de cara al futuro siendo realistas con el escenario que tenemos.
Aparte, hay un factor emocional o de vínculo con Sierra Nevada. A pesar de tener ofertas, muy bien pagadas, para irme fuera, opté por quedarme en Andalucía y utilizar todo lo que he aprendido para hacer conservación empezando en mi tierra. Conocí bien Sierra Nevada justo cuando terminé la carrera, y el Mulhacén fue el que me confirmó que había escogido la carrera correcta. Qué menos que devolverle algo de todo lo que me ha dado la Alpujarra.
INVESTIGACIÓN Y FORMACIÓN
– ¿Cómo se autofinancia un proyecto como Brutal.org?
A veces parece misión imposible. Empecé yo sola como un blog y haciendo divulgación. Luego comenzamos las formaciones, y gracias a ellas pudimos ir creciendo en equipo e ir creando pequeños proyectos de conservación hasta llegar donde estamos ahora. Cada vez que alguien se inscribe en una formación, está financiando el resto de los proyectos. Además, nos presentamos continuamente a convocatorias de investigación u ofertas públicas para conseguir financiación.
También trabajamos con sponsors que, como entidades privadas, financian o ayudan aportando materiales o parte del dinero para sacar adelante los proyectos, siendo así parte de su RSC [Responsabilidad Social Corporativa], pero sin que se nos utilice como estrategia de lavado verde. Aun así, es tremendamente complicado emprender en ciencia o medioambiente cuando comienzas tú sola. A día de hoy sigo dedicando todo mi tiempo a Brutal para que siga a flote, y si lo hace es gracias a que el equipo da el cien por cien y cree en esto. Hay un trabajo inmenso detrás.
Según la época del año o los proyectos, somos más o menos. En primavera y verano, que es cuando más trabajo tenemos, podemos duplicar equipo, y cuando se cierran proyectos que finalizan vuelvo a ser yo sola con colaboradores externos, como Alberto, de Aventuras Barbudas. Ojalá pudiéramos tener proyectos todo el año para que el equipo creciera y se hiciese aún más estable. Esperamos que el centro de recuperación, con el que queremos dar el salto a convertirnos en fundación, nos permita llegar a esto.
– Una de sus acciones intenta medir el impacto del plástico en los nidos de las aves a nivel nacional. Se basan para ello en la ciencia ciudadana, para que todo el que quiera aporte datos y fotos del plástico que contienen esos nidos. ¿Ya se puede adelantar algún resultado?
A nivel estadístico no podemos concluir nada aun porque faltan muchas más muestras. Al ser, además, ciencia ciudadana estamos esperando a tener más datos para hacerlos públicos. Lo que sí podemos decir es que de los nidos en los que hemos hecho una revisión in situ nosotros, más del 90 % tenían presencia de plástico o residuos de origen humano.
MURCIÉLAGOS URBANOS
– Otra acción, que puede parecer sorprendente a primera vista, es el fomento de la presencia de muricélagos en las ciudades. ¿En qué consiste exctamente el proyecto ‘murciélagos urbanos’?
Todas las especies de murciélagos en la península ibérica están protegidas, lo que nos da una idea de que las poblaciones necesitan nuestra ayuda. Los murciélagos tienen un papel fundamental en los ecosistemas. En concreto, con los que convivimos en las ciudades y pueblos nos ofrecen un servicio ecosistémico de gran interés. Son controladores de plagas de invertebrados, ya que en una sola noche hay especies que pueden ingerir 3000 mosquitos. Por ello, tras el brote del virus del Nilo de 2020, cuyo vector de transmisión fueron mosquitos del género Culex , iniciamos un proyecto de conservación de murciélagos en el municipio sevillano de Coria del Río, pensando en buscar una solución a largo plazo que sea sostenible y ayude a controlar las poblaciones de estos insectos.
– También tienen talleres para estudiantes y profesionales interesados en la conservación y divulgación de la biodiversidad. ¿Cómo está España en comparación con otros países de Europa en estas materias?
En los últimos años hay más ofertas y opciones, pero sigo pensando que hace falta mucha más formación que complemente la formación que recibimos en la universidad, para profundizar y llevarla al terreno más práctico. Las carreras de biología, ambientales o cualquiera vinculada al medioambiente son muy amplias: estudiamos bioquímica, genética, botánica, zoología… Hay mucho conocimiento que luego tenemos que aplicar a casos prácticos. Cuando yo decidí que quería especializarme en conservación tuve que moverme mucho, literalmente, viajando a otras ciudades para poder recibir este tipo de formación. Por eso, cuando comencé con Brutal, quise incluir las formaciones que a la Sara Pinto que estaba en la universidad le hubiera gustado recibir. Y por ello hemos apostado por ir construyendo una plataforma online que ya está en funcionamiento, para que sea formación accesible desde cualquier rincón. Solo se necesita conexión a internet.
«NOS ESTAMOS QUEDANDO SIN TIEMPO»
– ¿Qué conclusiones saca una bióloga como usted, tan comprometida en proyectos prácticos, de la última Cumbre del Clima?
Hay avances y estas cumbres son muy importantes, pero vamos demasiado lentos. Hace muchos años que sabemos las consecuencias del cambio global. Incluso para aquellos que no se preocupan por la biodiversidad, este tema debería ser crucial, porque desemboca en crisis humanitarias. La vida de muchas personas se pone en riesgo con el cambio climático. Nos estamos quedando sin tiempo, ya hay consecuencias que estamos viviendo y que no van a poder dar marcha atrás, pero tenemos la última oportunidad estos años para que podamos evitar las peores consecuencias.
– ¿En qué se parecen y en qué se diferencian Greta Thunberg y Jane Goodall en lo que a activismo conservacionista se refiere?
Ambas son figuras con un gran peso en el movimiento activista en favor a la conservación de la naturaleza y así evitar las peores consecuencias del cambio climático. Hacen falta figuras como ellas que sirvan de ejemplo e inspiración. La carrera profesional como científica y el trabajo que ha hecho Jane Goodall siendo activista es una de mis mayores inspiraciones y me siento muy afortunada de haber podido trabajar con ella y seguir siendo parte de su proyecto. Su amor por la naturaleza da esperanza a quienes aun tenemos mucho que aprender y seguir trabajando. Por otro lado, Greta es la figura en la que se puede ver reflejada toda una generación que se ha encontrado ya con las consecuencias del cambio climático, asumiendo las decisiones que otros antes tomaron y ahora sufren. Greta ha movido tanto siendo tan pequeña que, igual que Jane, sirve de inspiración o esperanza para aquellos que desde casa se sienten frustrados porque parece que es todo demasiado complicado o complejo para que podamos actuar. Pero sí que podemos.
LA IMPORTANCIA DE LOS PEQUEÑOS LOGROS
– ¿De qué acciones que haya hecho se siente más orgullosa en lo que a resultados se refiere?
Lo que más orgullosa me hace sentir son los pequeños logros que se van consiguiendo día a día. Al final, un nombramiento o un premio es consecuencia del trabajo que haces y muchas veces pasa totalmente desapercibido. Cuando se libera un animal después de todo el trabajo que se hace en su recuperación, eso es un subidón enorme. Cuando una persona te manda un mensaje diciéndote que ahora valora a los murciélagos y va a poner una caja refugio, eso es un gran logro. Esos son los resultados que más llenan, cuando granito a granito ves que el trabajo que haces tiene un beneficio directo y un impacto positivo en la naturaleza.
– ¿Qué le ha supuesto haber sido nombrada embajadora de la revista National Geographic España en su 25º aniversario?
Es todo un honor, he crecido viendo los documentales de National Geographic y alucinando con lo que contaban las páginas de su revista. Yo quería ser la persona que aparecía en los documentales protegiendo a los leones, la que contaba en la revista la última aventura, y lo normal es que todo el mundo alrededor opinara que eso es “algo imposible”, que muy pocos llegan ahí. Así que ver que ahora soy yo la que aparece en esas páginas, que formo parte de la familia de National Geographic, me hace muchísima ilusión.
– Uno de sus últimos trabajos de campo se ha desarrollado en la bahía de Algeciras (Cádiz). ¿En qué ha consistido?
Junto a Estrecho Natura y Hombre y Territorio estamos desarrollando un proyecto para el estudio del microplástico en la Bahía de Algeciras, y así poder ver qué posibles consecuencias tendría en las comunidades de cetáceos que allí habitan. El año pasado conseguimos hacer un prototipo para una metodología de estudio que pueda ser replicable por otras entidades en otras partes. Este año queremos conseguir la financiación necesaria para hacer muestreos continuos y poder analizar la presencia de microplásticos en el agua de una zona donde viven rorcuales, orcas, cachalotes, delfines… Y que es la entrada al mar Mediterráneo.
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