¿Sabías qué…? Un satélite ruso casi cae sobre la Tierra y acaba con la humanidad

satélite ruso

Hagamos un ejercicio de imaginación. Una mañana, te despiertas y, mientras desayunas, te dispones a ver las principales noticias. Entre ellas, te alarma una que reza: “El satélite ruso que caerá a la Tierra”.

Seguro que medio mundo se volvería loco de miedo y correría con sus familias hacia refugios o espacios libres de las consecuencias de este desastre espacial. Escenas que hemos visto cientos de veces en películas de catástrofes naturales o sobre los posibles finales del mundo y un futuro postapocalíptico.

Ahora, dejemos a un lado la imaginación para volver a la realidad.

¿Y si te decimos que esta noticia podrías haberla leído en cualquier periódico o digital? Que es verdad. Que un satélite ruso estuvo a punto de causar una serie de siniestros, que habrían acabado con la humanidad tal y como la conocemos.

Pues bien, todo esto casi ocurre el pasado 28 de febrero de este 2024 y, aunque no se ha hecho público hasta ahora, cinco meses después, la mismísima NASA reconoce que sus expertos “estaban aterrados”.

Te contamos todos los detalles de cómo, un día de finales de febrero, casi se convierte en el fin de la civilización por culpa de un satélite ruso descontrolado y bautizado como Cosmos 2221.

El casi choque de satélites espaciales y el miedo al apocalipsis

satélite ruso apocalipsis

El protagonista de este suceso real es un satélite ruso a la deriva y que estuvo a punto de chocar con otro satélite, pero de la NASA, el TIMED. ¿Las consecuencias? Un desastre global. 

El destino quiso que, finalmente, el satélite ruso Cosmos 2221 solo rozara al de la NASA. Porque de haber chocado, se habrían creado millones de partículas hipersónicas que, según la ex astronauta Pam Melroy, habrían puesto en peligro la vida de:

  • Primero – De los astronautas que habitan las diferentes estaciones espaciales.
  • Después – Los millones de fragmentos de la colisión se convertirían en una metralla que caería directamente sobre la Tierra, destruyendo infraestructuras importantes y demasiadas vidas.

Es lo que se conoce, de forma científica, como el síndrome de Kessler. También llamada “cascada de ablación” y propuesta por el consultor de la NASA Donald J. Kessler, explica un escenario en el que toda la basura espacial, que por el momento órbita la Tierra, caería sobre nosotros. 

Al haber tanta basura espacial, es muy normal que se produzca un choque entre satélites y residuos, causando más fragmentos de basura y más colisiones en cascada. 

Algo similar al síndrome de Kessler nos lo mostró el director Alfonso Cuarón, junto a los actores Sandra Bullock y George Clooney en la película ‘Gravity’, de 2013.

“Fue muy impactante para todos nosotros en la NASA”, ha reconocido Pam Melroy, yendo un paso más allá, al reconocer el ambiente que se vivió en febrero entre los expertos espaciales de EE. UU. “Estábamos aterrados”, ha confesado. 

E insiste en el peligro y apocalípsis que podríamos haber vivido: “Si los dos satélites hubieran chocado, habríamos visto la generación de metralla, de pequeños fragmentos que viajan a 16.000 kilómetros por hora y pueden perforar un agujero en otra nave espacial”.

Sin olvidar el “riesgo que correrían las vidas humanas”. Porque, aunque no se haya producido en la actualidad esta colisión entre satélites, no significa que no pueda ocurrir próximamente.

Sea como fuese, la verdad es que en la comunidad científica no se había hablado tanto de un satélite ruso desde el lanzamiento del Sputnik 1, el primer satélite artificial que puso en la historia espacial a la Unión Soviética el 4 de octubre de 1957.

Después, hubo dos lanzamientos de satélites Sputnik más. El segundo, el primero con un animal a bordo, la perra Laika. 

Basura espacial y demasiados satélites

Basura espacial Elon Musk

La existencia de basura espacial representa un riesgo importante para la Tierra y la vida en ella, tal y como la conocemos.

Los millones de residuos en órbita, que pueden ser del tamaño de una escama o de un coche, viajan a velocidades extremadamente altas y al impactar con un satélite se convierten en proyectiles.

¿Las consecuencias?

  • Pérdida de vidas humanas.
  • Eliminación de infraestructuras básicas para la civilización.
  • Problemas en todo lo relacionado con  la meteorología y las telecomunicaciones.
  • Pérdidas en tecnología de investigación científica, que se estima que podrían alcanzar los 191 mil millones de dólares.

Uno de los más criticados, por invertir en casi 50.000 satélites que incrementarían aún más el volumen de basura espacial, es Elon Musk.

Su empresa SpaceX dispone de más de 42.000 satélites Starlink en órbita que ya han tenido que hacer miles de maniobras de evasión para evitar colisiones. La cantidad de maniobras realizadas se ha duplicado en comparación con el período anterior, lo que ha generado preocupación en la comunidad espacial. 

De hecho, desde España hemos podido ver algunos de los satélites de SpaceX de Musk caer hacia la Tierra. Los protagonistas hablan de destellos de luz que cruzaban el cielo.

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Además, la astrónoma Jonathan McDowell ha denunciado que hay cientos de miles de satélites que ya representan una amenaza existencial para la astronomía terrestre. Y la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de Estados Unidos ha señalado que el aumento de la actividad espacial con el lanzamiento de satélites de SpaceX provocará un incremento en la basura espacial, emisiones contaminantes en la alta atmósfera y desafíos para la observación astronómica.

Imágenes | Adobe Stock Photos

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