La biodiversidad de los insectos está amenazada en todo el mundo. Es la conclusión a la que han llegado en el informe ‘Worldwide decline of the entomofauna: A review of its driver’, publicado en Biological Conservation. Un análisis en el que ha participado el investigador español Francisco Sánchez-Bayo.
El estudio es el resultado de la recopilación de otras 73 investigaciones. En todas ellas se analiza la disminución del número de insectos en todo el mundo desde una perspectiva histórica. Los autores han tenido en cuenta dos tipos de informes. Aquellos que consideraron todas las especies de una familia dentro de una región o país, o más pequeñas pero estudiadas durante más de 10 años.
Los protectores de nuestro ecosistema
Aunque generalmente los insectos nos parecen molestos, su función para mantener el equilibrio del ecosistema de la Tierra es esencial. La presencia de mariposas y polillas, por ejemplo, es indicador de una buena calidad ambiental. Y las ninfas son una prueba infalible de que el agua de los ríos en los que habitan está en buenas condiciones.
La desaparición de los insectos, o su disminución, no es solo un síntoma de que algo anda mal. También significa que el equilibrio natural establecido está cambiando. Así, la pérdida de las mariposas puede afectar directamente a acciones esenciales, como la polinización y el control natural de plagas. Mientras que las polillas, que son aproximadamente 10 veces más diversas que las mariposas, son el principal alimento de muchos animales insectívoros, como los murciélagos.
Las abejas, por su parte, son las principales polinizadoras de las plantas con flores y fabricadoras de miel. Una función que no solo contribuye al desarrollo natural de la vida, también constituyen un importante valor económico. Mientras que los escarabajos peloteros son unos excelentes recicladores de materia orgánica.
En España, por ejemplo, se ha detectado que aunque el número de escarabajos peloteros aumentó en número hasta 1950, a partir de esa fecha se ha registrado una disminución de esta especie. La urbanización a gran escala de las costas para el turismo y la intensificación agrícola se sitúan como las causas principales.
El 40% desaparecerá en las próximas décadas
Tras analizar toda esta información, el trabajo revela un dato alarmante. El 40% de las especies que existe actualmente se extinguirá en las próximas décadas. Los más afectados serán los lepidópteros, los himenópteros y coleópteros. Familias de insectos a las que pertenecen las mariposas, abejas, abejorros, avispas, hormigas y escarabajos peloteros.
Ya se ha detectado que algunas especies de insectos acuáticos han disminuido considerablemente su proporción. Es el caso de las libélulas, las ninfas o las efímeras, entre otras familias. Al mismo tiempo, un pequeño número de especies está aumentando. Su capacidad de adaptación les da facilidad para ocupar los nichos vacantes dejados por los que están decreciendo.
Los motivos de este cambio hay que buscarlos, sobre todo, en la explotación agrícola intensiva y el aumento de la urbanización. Ambas circunstancias son responsables de que los insectos estén perdiendo su hábitat natural. Pero no son las únicas. El informe también señala a la contaminación, principalmente por pesticidas sintéticos y fertilizantes; a factores biológicos, incluyendo patógenos y especies invasoras; y al cambio climático.
Ante esta situación, los autores reclaman un replanteamiento urgente de las prácticas agrícolas actuales. Creen necesaria, entre otras medidas, una “reducción seria en el uso de pesticidas y su sustitución por prácticas más sostenibles y basadas en la ecología”. Solo así se podrá retrasar, y en algunos casos revertir, esta tendencia. “Esto permitiría la recuperación de poblaciones de insectos en declive y salvaguardar los servicios vitales de los ecosistemas que ellos proveen”, concluyen.
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