En 1979, Sony lanzó el primer reproductor de audio portátil del mercado. Lo bautizó con el nombre de TPS-L2 y se convirtió en uno de los dispositivos más populares en los ochenta.
Entre las aficiones más extendidas está la de escuchar música, un hobby al que dedicamos muchas horas. La macro-encuesta ‘Music Listening Report’, de la agencia de servicios sociales y de investigación del consumidor AudienceNet para la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, recoge en el caso de España el siguiente dato: pasamos una media de casi 20 horas semanales (19,8) oyendo canciones. Este consumo supone dos puntos más respecto a la media mundial.
Datos aparte, existe una realidad indiscutible: el modo en que se consume música ha cambiado radicalmente en estas últimas décadas. Ahora la tendencia se centra en las plataformas de streaming y el teléfono móvil se ha convertido en uno de los dispositivos favoritos de mayores y jóvenes donde almacenar grandes bibliotecas digitales musicales. Sin embargo, hasta no hace tanto lo habitual era disfrutar de esta afición en un discman, un lector de CDs portátil, y antes en un walkman. Ambos dispositivos, con el paso del tiempo, han adquirido un valor significativo, sobre todo entre los más nostálgicos.
EL SONY TPS-S2 HACE SU APARICIÓN
El caso del walkman es especial porque este año se conmemora el cuarenta aniversario del primer reproductor de cassettes de la historia. Hablamos del modelo Sony TPS-L2. Su lanzamiento se produjo el 1 julio de 1979 y causó una gran sensación en la época. Tanto que la firma japonesa logró que el panorama de la música cambiase para siempre. Fue desarrollado por Masaru Ibuka, cofundador de la multinacional; Kozo Onsone, gerente de Sony, y Akio Morita, físico. Su estructura era de metal, disponía de una entrada para acoplar unos auriculares y reproducía sonido en estéreo.
Como manifiesta Pedro Jesús, director de Marketing de Sony Iberia, “se creó la posibilidad de disponer de la música en cualquier lugar y de no tener que estar ligado a un gran equipo de audio. Sin este primer paso, no habrían existido otros formatos portátiles porque no hubiéramos sabido que era posible ‘llevarnos la música puesta’. Incluso podríamos decir que fue el germen de la música en streaming. Así era finales de los setenta, principios de los ochenta, cuando la música solo se escuchaba en el salón de las casas en grandes equipos de alta fidelidad”.
LA MÚSICA, COMO LA CREÓ EL ARTISTA
En su relato, el directivo de Sony Iberia no tiene dudas de las razones que propiciaron este éxito y opina que atendió a una necesidad latente que existía y sigue existiendo a día de hoy. Habla de la música como una de las grandes expresiones artísticas del ser humano, al cual le gusta disfrutar de ella (cantar y bailar también) en cualquier momento y lugar que le apetezca. No solo en una sala de conciertos, una discoteca o el salón de casa.
Además, está la calidad que ofrecía el soporte: “Hoy en día es habitual escuchar la música desde nuestros teléfonos, reproductores de MP3 o dispositivos de audio de alta calidad. La diferencia es que hoy en día podemos conectarlos a nuestros altavoces y ya no hace falta disponer de equipos grandes de alta fidelidad. Con los reproductores de audio sin compresión es posible disfrutar en cualquier momento de la música tal y como la creó el artista”, añade Jesús.
¡DE CELEBRACIÓN!
Con el walkman Sony TPS-L2 la popularidad de las cintas de cassette creció muy rápido. Fue tal el éxito que obtuvo este soporte, promovido también porque otras firmas de electrónica de consumo como Toshiba y Panasonic fabricaron sus propios walkman, que superó a los discos de vinilo. Otro de los factores que explican esta fiebre está relacionado con otra de las modas de la época: el aerobic. Así, muchos usuarios se compraban un walkman para amenizar sus sesiones de entrenamiento. Por su parte, la revista Time en un artículo estableció un paralelismo entre la popularidad del reproductor de cassete y el número que personas que caminaban para hacer ejercicio, que creció un 30% entre los años 1987 y 1997.
Tras su primer modelo, Sony inició la comercialización del WM-2 en 1981. Entre otras características, presentaba un diseño más ligero e incorporaba un mecanismo antivuelco. Dentro de la historia del walkman de Sony, el dispositivo WM-101 ocupa asimismo un lugar especial porque fue el primero de su clase en integrar una batería recargable. Esto permitió reducir en gran medida los costes de la propia batería y el peso del dispositivo. Mientras, el TCD-D3 tenía un diseño lo suficientemente pequeño como que cabía en la palma de la mano y también grababa.
Para conmemorar el 40 cumpleaños de su primer walkman, a partir del mes de noviembre Sony comercializará una versión especial de su modelo pero adaptado a los nuevos tiempos. Se trata del dispositivo NW-A100TPS. Con una capacidad de 16 Gbytes, llevará impreso el logotipo del 40 aniversario en su panel trasero y vendrá en una caja que imita a la original y una funda blanda diseñado para esta ocasión e inspirados en el walkman TPS-L2.
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Imágenes | Cedidas por Sony Iberia