Ya es una realidad que los eSports están en la calle, o más bien, en recintos de gran capacidad. La Superliga Orange corona nuevos retos en cada temporada, y la presente arrancó ayer domingo tras cruzar el charco y aterrizar en Tenerife.
Los tinerfeños recibieron a los gamers a ritmo de batucada, que ambienta a la ciudad de Santa Cruz ante la inminente celebración de su Carnaval. La isla canaria acoge por primera vez la competición de la Superliga Orange, fruto del acuerdo alcanzado entre la LVP, el Cabildo Insular de Tenerife a través del Área Tenerife 2030, y la Asociación Innova7. La idea comenzó a gestarse en la última sesión de la Lan Party Tenerife (LPT) celebrada en el mes de julio de 2016.
El recinto parecía venirse abajo cuando los seguidores de uno u otro equipo celebraban o jaleaban las jugadas de sus expertos y profesionales gamers. El público seguía los movimientos de sus jugadores, con todo lujo de detalles desde la pantalla gigante instalada en el escenario en la que se proyectaba cada minuto de juego, transmitido por las webcams que pendía sobre sus cabezas. Adrenalina y diversión iban de la mano.