La tarjeta de red es un dispositivo electrónico que hace posible la conexión entre ordenadores o de un equipo a internet. Cuando hablamos de ordenadores, no solo nos referimos a equipos sobremesa como los que habitualmente nos encontramos en las oficinas, sino también a portátiles o servidores.
Las tarjetas de red facilitan el compartir y controlar los datos que fluyen entre los ordenadores dispuestos en una oficina. Sin ellas, la colaboración entre empleados sería imposible. En un ordenador sobremesa o de torre, la tarjeta de red es un placa electrónica que se pincha en zócalo de la placa base o motherboard. También puede venir integrada en la placa base.
Las tarjetas de red suelen están coronadas por conectores en los que se introducen los llamados cables de red. Las más conocidas son las tarjetas de red Ethernet, que permiten conectar el ordenador a una red local de equipos (LAN o local area network). También hacen posible estas tarjetas que todos los ordenadores de una compañía se puedan conectar al mismo proveedor de internet a través de routers. En las tarjetas Ethernet, el conector es el RJ45, que es bastante parecido al que lleva el cable del teléfono fijo, aunque algo más ancho.
Tarjetas de red desde 10 euros
Las velocidades de transferencia de la información de una tarjeta de red desplegada en un equipo doméstico suele ir desde los 10 Mbit/s a los 1.000 Mbit/s, que también se denomina 1 Gbit/s, pasando por los 100 Mbit/s.
Las tarjetas de red están disponibles en el mercado desde unos 10 euros. Sin embargo, para equipos más profesionales también hay tarjetas que permiten velocidades superiores. Como las de 10 Gbit/s. Aunque hay que advertir que sus precios se elevan a varios cientos de euros. Por otro lado, la tarjeta de red suele venir con dos leds. Uno rojo o naranja que nos indica que hay actividad en la red, y otro verde que indica que hay alimentación eléctrica.
Tarjetas inalámbricas
Pero existen tarjetas de red que no necesitan cables y que sirven, por ejemplo, para conectar ordenadores a las redes locales inalámbricas (WLAN) o wifi. Estas tarjetas, que en su versión para sobremesa llaman la atención por sus antenas de transmisión, también están integradas o conectadas a la placa base, pero establecen la comunicación a través de ondas de radio.
En el caso de los portátiles, tabletas o smartphones, las tarjetas de red inalámbricas se han impuesto y vienen integradas de fábrica en la placa base por el fabricante. De hecho, ya hay muchos modelos de portátiles no llevan tarjetas Ethernet con el típico RJ45. Una razón es que impedirían lograr diseños ultrafinos de menos de 20 milímetros de ancho. Otra es que cada vez se demandan menos por parte de los clientes.
¿Wireless o Ethernet?
Cuando se habla de tarjetas de red, siempre surge la pregunta de si es más conveniente el cable que el wireless o viceversa. La respuesta no es sencilla. El acceso por wifi es menos engorroso que estar conectando un cable físico a un router. Sin embargo, si necesitamos conectar el equipo a una red local de ordenadores, Ethernet es la solución.
También hay que recordar que el cable físico ofrece una conexión más estable y fiable a internet. Hay que pensar que las estructuras de hormigón y otro tipo de materiales afectan negativamente a la señal inalámbrica. Una señal que también depende mucho de la distancia del ordenador al router wifi o al punto de acceso.
En líneas generales, cuando nos vamos a comprar una tarjeta de red, del tipo que sea, conviene tener en cuenta las velocidades de transferencia que ofrece, que soporte todos los estándares de conexión (protocolos IEEE 802.3 para Ethernet y protocolos IEEE 802.11 para wifi) y que sea compatible con el sistema operativo del ordenador donde va a ir instalada.
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