Adobe ha sido la compañía más relevante del mundo del software de autoedición en las últimas décadas. Sus programas son un referente para los profesionales del diseño gráfico, pero también para el resto de usuarios tecnológicos.
Desde 2011, los programas de la legendaria Adobe, que son un estándar en el mundo de la edición, solo se pueden comprar como servicio a través de una suscripción mensual o anual. Para facilitar las cosas a los usuarios, adaptarse a los tiempos y, de paso, reducir la piratería, la compañía de San José (California, Estados Unidos) reúne todos sus programas en la suite Creative Cloud. Un paquete que incluye más de 20 aplicaciones que van desde los archiconocidos Photoshop y Acrobat a otros más específicos como Spark, para crear stories en redes sociales, y Audition, para mezclar sonido.
El precio para usuarios domésticos de Creative Cloud es de 60,49 € al mes (IVA incluido) si se coge un plan anual, y de 69,99 € en el caso de que el usuario sea una empresa. Si se desea pagar mes a mes, sin compromisos, el coste de suscripción se eleva a 90,74 €. Para los que puedan acreditar que son estudiantes o profesores, hay descuentos de más del 65% sobre estos precios.
Además, los programas de retoque fotográfico, diseño gráfico, edición de vídeo e ilustración que Adobe ha ido agregando con los años a su oferta se pueden contratar por separado. La mayoría tienen un precio unitario de 24,19 € al mes con IVA (29,99 € sin IVA en caso de empresas). No obstante, los hay desde 6 €, como el Incopy, que permite abrir y modificar documentos maquetados en InDesign. Hay que recordar también que Adobe permite probar gratuitamente todas estas aplicaciones durante siete días.
LOS PROGRAMAS DE LA ‘SUITE’ aDOBE
Adobe Acrobat
Bajo esta denominación queda englobada una serie de programas que permiten abrir, crear y modificar archivos en PDF. Otro de los inventos de la factoría Adobe y hoy estándar de facto de la industria editorial y de contenidos para la autoedición de documentos. Dentro de la familia Acrobat hay versiones gratuitas (como Acrobat Reader, que permite ver y firmar PDF, pero no editarlos) y otras de pago (como Acrobat Pro, que permite editar PDF o convertirlos a formatos de Office).
Photoshop
Photoshop es una de las herramientas más usadas en el mundo de la edición gráfica. Sus posibilidades son casi infinitas gracias a una interfaz repleta de botones, barras y opciones variadas. La mayor parte de los fotógrafos, diseñadores y editores del mundo están familiarizados con esta herramienta, que permite cambiar el fondo de una instantánea, retocar colores, realizar montajes e incluso crear pinturas digitales desde una tableta. Y aunque es menos conocido por ello, Photoshop también permite crear una maqueta para una página web y editar vídeos. En fin, sobre las posibilidades de Photoshop podríamos estar hablando días. Este programa es un mundo en sí mismo.
Lightroom
Hay alternativas en el mercado, pero estamos ante un potente servicio de nube de la propia Adobe que permite a fotógrafos profesionales y aficionados organizar sus imágenes y trabajos, y luego gestionar desde ahí el tratamiento de los mismos y la postproducción. Todo queda registrado en los diferentes módulos de la herramienta, con lo que el usuario puede organizar de forma muy ordenada su trabajo y ver luego la progresión del mismo. Es lo que se conoce como una herramienta de workflow o flujo de trabajo, pero para fotógrafos y creadores gráficos.
Illustrator
Este software permite crear y editar gráficos vectoriales. ¿Qué significa esto? Pues que, a diferencia de Photoshop, que trabaja sobre fotografías e imágenes generadas a partir de píxeles. Illustrator utiliza ecuaciones matemáticas para crear cualquier forma. Así, puede mantener la resolución aunque se escale la imagen. Es un programa ideal para diseñar logotipos y portadas de libros o revistas y para hacer caricaturas, infografías y mapas.
After Effects
Es la herramienta de la suite pensada para crear efectos especiales en un vídeo. Hablamos de desatar una tormenta, darle vida a un logotipo, retorcer un título y eliminar objetos sin necesidad de ir fotograma a fotograma. También permite añadir varias cámaras a una escena para darle un acabado en 3D. Y, además, se entiende bien con otros programas, como Photoshop o Illustrator, desde los cuales se pueden importar composiciones.
InDesign e InCopy
Con el paso de los años, y con el permiso de QuarkXpress, hoy bastante residual, InDesign se ha convertido en el estándar en el mundo del diseño de publicaciones, sobre todo de papel. A los profesionales de la industria editorial este programa les permite publicar libros, revistas, pósters y PDF interactivos. Además, InDesign soporta el trabajo en equipo, lo que facilita las revisiones y el compartir contenidos, fuentes y gráficos con varios editores.
InCopy es un complemento de InDesign que permite a redactores y editores hacer cambios sencillos y modificaciones en un documento. Es usado en las redacciones de periódico o de revistas para facilitar el trabajo en equipo.
Spark
Spark es el programa de Adobe para crear stories para las redes sociales y primar así los contenidos multimedia en estos entornos. Puede combinar fotos, vídeos, la propia voz, textos y otros iconos y elementos gráficos para hacer apetecible cualquier historia y llamar la atención en el concurrido mundo de los social media. Adobe presume de que su manejo es extremadamente sencillo. Permite publicar en las redes sociales más populares, como Twitter, Facebook, Instagram y Pinterest.
Animate
Este programa está pensado para los creadores de videojuegos y de diseños interactivos para la web. Permite crear personajes y hacer que muevan la boca, pestañeen y caminen con animaciones sencillas que se programan fotograma a fotograma. También es muy útil para el diseño de banners de internet interactivos que piden la participación de los internautas.
Premiere Pro
Es la principal herramienta de edición de vídeo de la suite Creative Cloud y hoy es usada por profesionales del mundo del cine y la televisión. Una de sus grandes ventajas es que el usuario puede trabajar casi con cualquier formato de imagen y sonido. Además, permite agregar títulos y aplicar filtros a las producciones. Eso sí, aunque la cantidad de transiciones y efectos especiales es aceptable, es probable que los más exigentes acaben recurriendo a proveedores externos para ciertas filigranas.
Dreamweaver
Dreamweaver fue una de las herramientas que entró en el catálogo de Adobe tras la histórica compra de Macromedia en 2005. En realidad, es un editor de HTML para diseñar páginas web. Permite ver lo que se desarrolla al tiempo que se va codificando. Lo bueno es que lo pueden usar personas que no sepan de lenguajes de programación, pues el código HTML queda oculto y hace posible crear sitios sin escribir una sola línea de código. Eso es gracias a la ayuda de plantillas y a las sugerencias que va aportando el propio programa. Además, el resultado es responsive, es decir, que se adapta a pantallas de todos los tamaños.
Adobe Audition
Es el programa de la suite encargado de la edición y grabación de música digital. Es muy recomendable para crear podcasts. Antes era conocido como Cool Edit Pro y está dirigido a profesionales. Además, permite restaurar grabaciones defectuosas y limpiar el audio, por ejemplo, de una película. Soporta los formatos de sonido más populares, desde los antiguos WAV, MIDI y PCM a MP3 y WMA.
Adobe Bridge
Un uso intensivo de las herramientas de Adobe lleva a muchos usuarios, como los fotógrafos, a crear o tratar cientos o miles de documentos cada año. Para encontrar cualquiera de ellos, Adobe creó Bridge. Se trata, pues, de un organizador que permite buscar por tema, nombre del autor, fecha de publicaciones o cualquier sistema de clasificación que se considere oportuno. También se puede buscar recurriendo a palabras clave, como un buscador web. Y para facilitar la búsqueda, permite previsualizar los archivos, evitando sobrecargar el ordenador.
Adobe Stock
Es el banco de imágenes y recursos de Adobe. Aunque no está incluido en la suite Creative Cloud. No solo contiene fotos de recurso sobre los más variados temas, sino clips de vídeo para películas y documentales. Además de plantillas libres de derechos de autor que pueden servir para hacer el póster de una exposición o la etiqueta de un vino. Adobe ofrece hasta 10 imágenes o pistas de música gratuitas antes de empezar a pagar por este servicio, que se puede abonar al mes o por paquetes de cinco créditos. Es la competencia de servicios como iStockphoto o Getty.
La historia de Adobe
Adobe pertenece a esa generación de empresas pioneras que asentaron las bases de la informática personal tal y como se ha desarrollado en los últimos 40 años. La firma fue fundada en San José, en pleno Silicon Valley (Estados Unidos), en 1982 por dos ex empleados de la mítica Xerox, John Warnock y Charles Gerschke. Se puede decir que, desde aquel momento, Adobe ha sido capaz de poner, junto con Apple, las bases de toda la industria alrededor de la autoedición por ordenador.
Además, es de las muy pocas compañías pioneras que, varias décadas después de su creación, siguen plenamente vitales y vigentes, con programas como Acrobat o Photoshop, sin los cuales no se entiende el día a día de millones de usuarios. Y estándares, como el PDF, que también usamos a diario.
En 2020 Adobe reportó unos ingresos anuales de nada menos que 13.000 millones de dólares en ventas y más de 5.000 millones de dólares en ganancias. Una máquina de hacer dinero. Y eso a pesar de que, hace unos años, uno de sus fundadores, Gerschke, afirmara en una entrevista que ingenieros como él no estaban en este mundo para hacerse ricos.
El nombre tiene origen español
Por cierto, el nombre de la compañía tiene origen español. Gerschke, fallecido este mismo año, se negó a llamar a su empresa de cualquier manera y, sobre todo, no quería recurrir a una sigla. Mirando el mapa del condado de Santa Clara, en California, encontró un riachuelo llamado Adobe Creek. Y le sonó bien. Además, descubrió que en realidad ese adobe (pronunciado “adobi” en inglés) hacía referencia al ladrillo tradicional que siglos antes había sido usado por misioneros católicos españoles para construir los templos en los que trataron de evangelizar a los nativos americanos.
Las aportaciones de Adobe
En la historia de Adobe hay hallazgos que pusieron las bases del mundo de la tecnología tal y como lo conocemos. En 1987, sus fundadores, que venían de la mítica Xerox, dieron con el primer estándar internacional de impresión de documentos, el lenguaje PostScript, sobre el que luego se iba a desarrollar la industria de las artes gráficas y la impresión en oficinas.
Al mismo tiempo, Adobe creó sus propias fuentes digitales y lanzó Illustrator, un programa de dibujo vectorial para los Mac. Y justo al final de esa década encumbró un programa que hoy sigue siendo el rey absoluto del retoque de imágenes, Photoshop. A pesar de que hay soluciones mucho más baratas o gratuitas en el mercado. A partir de ahí, Adobe, en colaboración estrecha con Steve Jobs, que también tenía una participación en la compañía, fue entrando en el mundo del vídeo y de los efectos especiales (Premiere, After Effects).
Creadores de estándares
Otro momento clave de la compañía fue el anuncio en 1993 del PDF (siglas de Portable Document Format), que con el paso de los años se acabaría convirtiendo en el estándar de presentación de documentos digitales y que hoy es usado por cualquier persona que tenga un ordenador, una tablet o un smartphone y comparta información a través de ellos. Adobe, además, ganó la batalla a QuarkXPress por ser el estándar para la edición de periódicos o revistas. Llegó tarde a ese mercado, pero salió victorioso con su propuesta, InDesign.
En 2005 Adobe hizo exhibición de su potencial y se quitó de encima de un plumazo a uno de sus competidores más temibles, Macromedia. Eso sí, tuvo que pagar 3400 millones de dólares. La jugada le valió para tener la propiedad de programas tan importantes como Flash, un estándar en su momento en la creación y reproducción de contenidos multimedia, y Dreamweaver, para el diseño de páginas web.
Además, como resultado de esa compra, Adobe dejó morir el histórico FreeHand, el programa que Macromedia tenía para hacer la competencia a Illustrator. Por otro lado, Flash fue cayendo en el olvido por la negativa de Steve Jobs a incluirlo en su iPhone. El creador de Apple se quejaba de que consumía muchos recursos. Y, como consecuencia, al cabo de los años pasó definitivamente a la historia, siendo sustituido por HTML5, que se ha consolidado como el estándar para ver vídeos en internet.
El giro a la nube de Adobe
El último capítulo de la historia de éxito de Adobe está escrito en la nube. En 2011, cuando muchos no habían oído hablar siquiera del cloud, Adobe dio un giro de 180 grados a su estrategia y modelo de negocio. En un movimiento lleno de audacia, reunió toda su oferta en torno a Adobe Creative Cloud y convirtió todos sus programas en un servicio de suscripción.
Fue un terremoto en el mundo de la edición, pero así Adobe empezó a prepararse para un futuro que le ha dado la razón. Y, de paso, ha logrado poner freno a la piratería y las copias ilegales que tradicionalmente han lastrado sus ventas.
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