La presentación de los nuevos iPhone XR, iPhone Xs y iPhone Xs Max nos ofrece la ocasión perfecta para hablar de la eSIM. La tarjeta virtual es una de las grandes novedades de los nuevos productos de Cupertino. Sin embargo, no es un invento de Apple. Las eSIM ya estaban presentes en otros dispositivos, como el Pixel 2 de Google o el iPad LTE, aunque de manera limitada.
El tamaño reducido de la eSIM es perfecto para los smartwatches, los dispositivos que hasta ahora han guiado su proceso de difusión comercial. Pero ahora podría haber llegado el momento de convertirse en el estándar de la telefonía móvil.
Las primeras SIM eran del tamaño de una tarjeta de crédito. Con el paso de los años, los formatos se han ido reduciendo. Las eSIM son el nuevo y último formato de las tarjetas SIM, aunque no es del todo correcto llamarlas así.
No es una novedad
La GSMA (la asociación de los operadores móviles del mundo) empezó a debatir sobre las posibilidades de una tarjeta SIM basada en software ya en 2010. El estándar se presentó oficialmente en 2016. Si Motorola entonces consideraba que la eSIM podía funcionar solo para dispositivos industriales, Apple no estaba de acuerdo.
La casa de la manzana impulsó mucho el proceso de adopción de esta tecnología e introdujo la eSIM por primera vez en 2014, con el iPad Air 2. Sin embargo, entonces no se hablaba de eSIM. Estas tarjetas virtuales eran conocidas como Apple SIM y eran exclusivas de los Estados Unidos y el Reino Unido. En 2017 llegó el Apple Watch Series 3, con un módulo eSIM incorporado.
Además, la UE establece que todos los nuevos modelos de automóviles en Europa deben guardar un chip eSIM en su interior. El objetivo es poder conectar inmediatamente el coche con los servicios de emergencia en caso de accidente.
¿Qué es una eSIM?
El eSIM es un chip no reemplazable incorporado en el paquete SON-8, saldado directamente a un circuito impreso: la placa lógica de los smartphones, de los smartwatches o de los dispositivos IoT. En la práctica, es un chip al que el usuario no puede acceder físicamente, sino solo a través del software.
Una eSIM es muy similar al chip NFC utilizado para la comunicación cercana de dos dispositivos electrónicos. Lo que se usa, por ejemplo, para pagar con el móvil. Por supuesto, las tareas son diferentes y también los protocolos utilizados pero, desde el punto de vista físico, los dos chips son muy similares. De alguna manera, es como tener una nanoSIM saldada en el dispositivo.
El formato de montaje superficial de una eSIM ofrece la misma interfaz eléctrica que las tarjetas SIM tradicionales, 2FF y 3FF. Pero se salda al circuito impreso como parte del proceso de producción. En aplicaciones M2M, donde no es necesario cambiar la tarjeta SIM, esto evita la necesidad de un conector, lo que mejora la confiabilidad y la seguridad.
Para utilizar una tarjeta SIM electrónica, es necesario que el móvil, la tablet o cualquier otro dispositivo haya sido equipado con el chip desde la fase de producción. No se puede utilizar una eSIM en dispositivos actuales que no la soporten.
Las ventajas de la eSIM
La difusión de la eSIM llega en el mejor momento, con la aparición de las redes 5G; es esencial que esta tecnología esté bien desarrollada y adoptada. La eSIM será el corazón de todos los dispositivos de IoT que se comunicarán directa y constantemente con internet.
Al tener dimensiones más pequeñas que las tarjetas normales y al no requerir ninguna ranura mecánica para extraerlas, la introducción de las eSIM garantizará que los dispositivos puedan ser aún más pequeños y, potencialmente, hospedar una batería más grande.
Las eSIM no necesitan contactos eléctricos externos, por lo que el circuito integrado es más seguro y menos propenso a problemas mecánicos. Además, a diferencia de las tarjetas SIM físicas, la información sobre unaeSIM es reescribible. Lo que significa que se puede cambiar de operador directamente desde el móvil en unos minutos. Sin tener que esperar varios días para la portabilidad y el envío de una nueva tarjeta.
Una gran ventaja para aquellos que suelen viajar al extranjero y, en el caso de los europeos, fuera de la UE. Con una eSIM se debería poder agregar fácilmente un plan de datos de roaming al móvil.
Por lo que se puede ver en la web de Apple, agregar un nuevo plan tarifario es muy simple. Al suscribir una promoción con un operador, se recibe un código QR por email que contiene toda la información relacionada con la línea. Accediendo a la configuración de red del dispositivo, simplemente hay que seleccionar la opción de la cámara y encuadrar el QR o ingresar el código numérico asociado. Todo debería activarse en unos minutos.
Una eSIM, además, no tiene por qué usarse con un solo operador. Técnicamente, es posible utilizar hasta 50 números y planes tarifarios diferentes.
eSIM en España
En España, Orange es pionera en la implementación de esta tecnología. La compañía la estrenó con el Samsung Gear G2 en 2016 y luego con el Huawei Watch 2, el Galaxy Watch de Samsung, hasta llegar al nuevo Apple Watch Series 4.
La eSIM está integrada también en el servicio MultiSIM, para compartir el número móvil y el bono de datos 4G de la línea principal en varios dispositivos. De esta manera, es posible aprovechar de forma sencilla las funcionalidades de los wearables, como los smartwatches, sin tener que contratar una segunda línea, ni llevar siempre encima el dispositivo principal.
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