Un tejido para regenerar el esmalte dental y lucir una sonrisa ‘eterna’

dientesAlgunas sonrisas nunca se olvidan. Permanecen impresas en los ojos y, por mucho que uno lo intente, no hay forma de borrarlas. Una sonrisa es una curva que lo endereza todo. Lo saben muy bien aquellos actores y actrices que han basado gran parte de su fortuna en un esmalte dental deslumbrante. Las innovaciones tecnológicas que pueden servir para proteger la superficie de los dientes son un asunto de fundamental importancia.

El esmalte dental es la sustancia más dura presente en el cuerpo humano. Actúa como un escudo y resiste a los esfuerzos de la masticación, a la acidez de alimentos y bebidas y a temperaturas muy altas. Ha jugado un papel fundamental en la evolución de nuestra especie, permitiéndonos adaptarnos a diferentes tipos de nutrición y estilos de vida.

El esmalte debe durar toda la vida y es un elemento esencial para una bonita sonrisa. Pero su función principal es proteger el núcleo blando y sensible del diente de la erosión. Gracias a su alto contenido mineral, tiene una consistencia considerable. Sin embargo, a pesar de tener la mitad de resistencia a los arañazos que el diamante, se consume día tras día. Y una vez que se haya desgastado, el cuerpo no puede restaurarlo.
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Una posible solución a un problema real

La dureza del esmalte se debe a la hidroxiapatita, un mineral hecho principalmente de calcio, que lo constituye. De color amarillo pálido, es también el componente principal de la dentina y de todos los tejidos óseos. El paso del tiempo, los malos hábitos alimenticios y de higiene, la predisposición familiar y otros factores pueden provocar la erosión del esmalte dental y la dentina, el tejido óseo que llega a la pulpa.

Es un problema que afecta al 50% de la población. Puede causar dolor o incluso la pérdida de los dientes. Ahora, una solución original podría proceder de un grupo de investigación de la Universidad Queen Mary de Londres. Los científicos han creado un compuesto mineralizado potencialmente capaz de reproducir el esmalte y la dentina.

Es un material de inspiración biológica. Es decir, es una sustancia sintética cuya estructura, propiedades o funciones se asemejan a las de las plantas o los animales. El de los materiales bioinspirados es un sector en crecimiento, que muestra cómo la naturaleza es una de las fuentes más importantes de las que tomar ejemplo. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista científica ‘Nature Communications’.
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El proceso de reproducción del esmalte dental artificial

Los investigadores usaron un sistema particular para cultivar un mineral llamado apatita. Es un material muy similar al que forma el esmalte, estructurado en nanocristales. Para favorecer su desarrollo, han utilizado proteínas específicas, llamadas «intrínsecamente desordenadas» porque están organizadas de manera irregular.

Gracias a su adaptabilidad, estas proteínas interactúan con el mineral y promueven su expansión. Por lo tanto, los nanocristales, alineados y organizados en prismas microscópicos, crecen y dan vida a capas muy pequeñas. Estas, sin embargo, pueden llegar a ocupar grandes superficies.

«El descubrimiento clave implicó la posibilidad de utilizar proteínas desordenadas para controlar y guiar el proceso de mineralización en varias dimensiones», subraya el profesor Álvaro Mata. El autor del estudio también explicó que «a través de estas modalidades, hemos desarrollado una técnica para cultivar fácilmente materiales sintéticos que imitan una arquitectura jerárquicamente organizada. Podemos usarlos en superficies grandes y seleccionar sus propiedades».
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Las esperanzas de la medicina regenerativa

El uso de la apatita hace que el material obtenido sea resistente al ácido. Además, su dureza y rigidez pueden modularse según necesidad. Y los nanocristales minerales, que son intrínsecamente ordenados, pueden crecer también en superficies irregulares. Esto los hace adecuados para diferentes aplicaciones en el ámbito de la medicina regenerativa.

La medicina regenerativa es una de las áreas que está generando más esperanza. Aprovecha el proceso de sustitución y regeneración propio de células, tejidos y órganos humanos dañados para restaurar sus funciones. En este caso, se ha usado para la reparación de esmalte dental, dentina y tejidos óseos.

La medicina regenerativa también permite cultivar tejidos y órganos en el laboratorio y trasplantarlos de forma segura cuando el cuerpo ya no pueda curarse a sí mismo. Para lograrlo, los científicos utilizan dispositivos tecnológicos de última generación llamados biorreactores. La medicina regenerativa podría resolver el problema de la falta de órganos disponibles para la donación, especialmente si el órgano reproducido procede de las mismas células del paciente, factor que reduce en gran medida los riesgos de rechazo.

El trabajo llevado a cabo por los investigadores de la Queen Mary está lejos de ser solo una cuestión estética. Es parte de ese canal de investigación que ofrece la mayor esperanza para la solución de innumerables enfermedades. En una apasionante carrera hacia la vida eterna. Siempre y cuando realmente se quiera vivir para siempre.

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Imágenes | iStock

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