La humanidad lleva seis décadas buscando vida inteligente fuera del planeta. Por qué aún no se ha encontrado tiene varias posibles respuestas. Puede que no exista y la humanidad sea especial. Quizá la vida esté muy lejos. También es plausible que las civilizaciones estén escondidas y tengan miedo a asomar la cabeza. Esa es la teoría del bosque oscuro y de los cazadores silenciosos.
De haber vida, ¿es paradójico no haberla encontrado?
En 1950, diez años antes de que Drake enunciase su ecuación, el físico Enrico Fermi se preguntó cómo era posible que no veamos decenas de civilizaciones alienígenas a nuestro alrededor. Su razonamiento era el que sigue: hay ‘demasiadas’ posibilidades para la vida extraterrestre en nuestra galaxia y, por tanto, las observaciones humanas son defectuosas o incompletas. No sabemos dónde mirar o cómo hacerlo. También es posible que las diferentes civilizaciones estén, como nosotros, atraparas en sus planetas.
En 1961 el radioastrónomo Frank Drake, presidente del SETI (Búsqueda de Inteligencia ExtraTerrestre, por sus siglas en inglés) planteó su famosa ‘ecuación de Drake’. Según esta fórmula simple, existen tantos planetas donde la vida inteligente ha podido llegar a desarrollarse que deberíamos estar rodeados por una decena de civilizaciones (al menos, en 1961).
Con lo que ahora se sabe sobre vida extremófila o la cantidad de exoplanetas que existen, los planetas habitables han aumentado a 300 millones solo en la Vía Láctea. Las posibilidades de que se haya desarrollado vida inteligente en nuestro tiempo no ha dejado de crecer, pero se sigue sin recibir señales de su existencia. ¿Qué teorías se manejan?
Hay vida, pero no es inteligente
La hipótesis más extendida es que sí hay vida en el universo, y que la Tierra está rodeada de ella. Es más, hay teorías de panspermia que apuntan a que algunos compuestos clave para la vida en este planeta pudieron llegar de fuera. Según esta hipótesis, la vida orgánica existe, pero no ha avanzado demasiado en la escala evolutiva.
La única forma de localizarla sería mediante observaciones en las respectivas atmósferas de planetas y satélites. Es lo que se conoce como búsqueda de marcadores biológicos o biomarcadores. La idea es buscar química que no pueda surgir sin vida. De momento, está siendo infructuoso debido a las limitaciones tecnológicas.
Hubo o habrá vida inteligente, pero no coincidimos en el tiempo
Una posibilidad es que haya habido vida inteligente, e incluso civilizaciones espaciales, pero que, debido al enorme lapso de tiempo del universo, no hayamos coincidido. El universo tiene 13 770 millones de años y los primeros planetas surgieron ‘poco’ después. El sistema HIP 11952, a 375 años-luz de la Tierra, se formó hace 12 800 millones de años.
Toda la civilización humana, de unos 12 000 años de duración, apenas supone una fracción, el 0,00001 % de ese tiempo. De modo que cabe la posibilidad de que en el pasado haya habido vida en la Vía Láctea, e incluso en nuestro Sistema Solar o la propia Tierra. De manera paradójica, de haber sido una civilización sostenible, su rastro se habría perdido hace eones, como explica Kurzgesagt.
Hay vida inteligente, pero se esconde por precaución: la teoría del bosque oscuro
Popularizada por Liu Cixin en su serie de libros ‘El problema de los tres cuerpos’ (2006), la teoría del bosque oscuro compara el universo con un bosque de noche. Si una persona pasea por un lugar así, la posibilidad de localizar animales visibles es muy baja. El motivo es que tratan de pasar desapercibidos para evitar convertirse en comida para otros animales que también se mueven en silencio. Hacer ruido implica delatar la posición.
Según la teoría de juegos, quedarse en silencio en un escenario en el que cualquier otro competidor podría causarte daño es la mejor estrategia de supervivencia, seguida por atacar de forma inmediata si has sido descubierto.
Las reglas del bosque oscuro
Liu Cixin lo simplifica este escenario de supervivencia para civilizaciones mediante tres sencillas reglas:
- Todo modo de vida desea seguir viva.
- No hay manera de saber si otras formas de vida pueden o querrán destruirte teniendo la oportunidad.
- Como no hay certezas, la opción más segura para cualquier especie es aniquilar otras formas de vida antes de que hagan lo mismo con ellas.
Una especie avanzada que no cumpla estas reglas corre el riesgo de que otra las cumpla con ella.
El bosque oscuro como estado de equilibrio
De darse la teoría del bosque oscuro, este sería un interesante estado de equilibrio en el que ninguna civilización se muestra. Si alguna lo hace en algún momento, podría provocar a un ataque sistemático de culturas próximas, de manera no muy diferente a cómo muchos animales cazan a sus presas.
Como en el caso de un bosque por la noche, la duración del ataque es muy corta, y en raras ocasiones da lugar a un segundo ataque (esta vez contra el primer cazador). Luego, el bosque queda de nuevo en silencio. El cazador ya ha logrado su objetivo y el resto de posibles víctimas extreman precauciones durante horas.
La teoría del bosque oscuro es, de momento, solo una teoría sobre por qué no somos capaces de contactar con otras civilizaciones (en el caso de que existan). Comparte expositor con la teoría de la primera directriz de ‘Star Trek’, que apunta a que la civilización humana aún no ha alcanzado un desarrollo tecnológico, científico y cultural como para permitir el contacto de una multi-civilización.
Lo curioso de la teoría del bosque oscuro es que la única forma de verificar su existencia es asomar la cabeza. Que es, por otro lado, la estrategia actual de la humanidad. El antiguo programa SETI, las emisiones de radio al espacio, los cambios de composición atmosféricos y la nube de satélites ya son elementos que delatan la presencia de humanos.
En Nobbot | Para encontrar a los alienígenas solo hay que saber mirar
Imágenes | Aperture Vintage, NASA, Rosie Sun,