Caronte es un tipo de luna y Plutón, una clase de planeta enano. Ninguno orbita al otro, sino que ambos giran alrededor de un punto intermedio en el que no hay nada.
Su relación se parece más a un baile en torno al vacío que a lo que existe entre la Luna y la Tierra. ¿Qué es, entonces, lo que define a un satélite? ¿Cuántos tipos de lunas hay y cómo podemos distinguirlos? En la respuesta a estas preguntas hay mucho de ciencia y astronomía, pero también de cultura, tradiciones y mitos.
Índice
¿Qué es una luna?
La Luna es el satélite natural de la Tierra. Es un cuerpo celeste de menor tamaño que orbita nuestro planeta y lo acompaña en su periplo alrededor del Sol. A diferencia de los anillos presentes en otros planetas, un satélite está solo en su órbita. Esto ocurre porque, por lo general, su masa es tan grande como para haber atraído todos los fragmentos pequeños a su alrededor y ‘limpiado’ su trayectoria.
Así, también llamamos luna, con minúscula, a cualquier otro satélite natural del universo. En el sistema solar se cuentan a centenares. Solo Saturno tiene 53 lunas confirmadas y otras 29 que están siendo estudiadas porque parecen serlo. Mercurio y Venus no tienen ninguna, pero Marte cuenta con dos pequeñas, Fobos y Deimos. Y Júpiter tiene casi un centenar, algunas tan conocidas como Ío y Europea, descubiertas por Galileo Galilei. De hecho, las lunas de Júpiter son uno de los lugares del sistema solar donde parece que puede haber condiciones para la vida.
Tipos de satélites naturales
Así, las lunas son cuerpos celestes que orbitan alrededor de un planeta. En algunos casos, incluso existen satélites de satélites. Es decir, cuerpos que orbitan a lunas que a su vez orbitan otros planetas. Existen tres grandes tipos de lunas o satélites naturales conocidos:
- Satélites pastores. Están ubicados en los anillos de un planeta, como en Saturno. Su órbita está limpia de partículas y abren espacios vacíos entre los anillos, por lo que dan la impresión de pastorear el polvo cósmico que rodea el planeta.
- Satélites coorbitales. Son aquellas lunas que comparten la misma órbita alrededor de un planeta. Los satélites Jano y Epimeteo de Saturno son de este tipo.
- Satélites asteroidales. Son lunas que giran alrededor de asteroides. En este momento, hay más de 450 asteroides conocidos que viajan acompañados por el sistema solar.
Tipos de lunas: las fases desde la Tierra
Cuando hablamos de tipos de lunas, por lo general, no hacemos referencia a los satélites pastores o a los asteroidales, sino a las fases de la luna. En este artículo sobre las fases de la Luna te explicamos en detalle qué son y por qué se producen. De igual forma, aquí te dejamos un resumen:
- Luna nueva. La Luna se sitúa entre la Tierra y el Sol, por lo que la cara visible no está iluminada. No podemos observarla a simple vista la mayoría de veces, ya que está oculta tras el resplandor solar.
- Luna creciente. Es la fase que va de la primera aparición de la Luna en el cielo, unos dos días después de la Luna nueva, hasta el cuarto creciente.
- Cuarto creciente. En esta fase, la mitad de la cara visible de la Luna está iluminada por el Sol. Así, en el hemisferio norte vemos brillar su mitad derecha y en el sur, su mitad izquierda.
- Luna llena. La cara visible de nuestro satélite está iluminada por completo. Así, la vemos como un círculo brillante en el firmamento. Sale a la puesta de Sol y desaparece en el horizonte al amanecer.
- Cuarto menguante y Luna menguante. Son las fases contrarias al cuarto creciente y a la Luna creciente, en el camino de Luna llena a Luna nueva.
¿Luna de las flores? Los nombres de la Luna llena
A nivel popular, la Luna y sus fases reciben muchos nombres. En los últimos años, es cada vez más habitual escuchar diferentes denominaciones tradicionales para la Luna llena en función del momento del año en que se produzca. Sin embargo, nada cambia: el satélite sigue siendo el mismo de siempre. Estos son algunos de los nombres más usados:
- Luna del lobo o luna de hielo. Es la primera Luna llena del año, en el mes de enero.
- Luna rosa. Así se suele llamar a la primera o segunda luna llena de la primavera. Es una denominación que hace referencia a la aparición de las primeras flores tras el invierno en el hemisferio norte.
- Luna de las flores. Suele llamarse así a la luna llena del mes de mayo, coincidiendo con el máximo esplendor de la primavera en la mitad norte del planeta.
- Luna de la cosecha. Es la luna llena más cercana al equinoccio de otoño, en el mes de septiembre.
¿Qué es una superluna?
La órbita de la Luna alrededor de la Tierra no es una circunferencia exacta con nuestro planeta en el medio, sino que es una elipsis. Esto hace que en algunos momentos la Luna esté más cerca de la Tierra que en otros. Cuando estos acercamientos coinciden con la Luna llena, hablamos de una superluna. Podría pensarse que nuestro satélite se aprecia más grande y brillante de lo normal durante esos días, pero en realidad es muy difícil darse cuenta a simple vista de las diferencias. Entre los llamados perigeo y apogeo, hay unos 40 000 kilómetros.
Otros tipos de lunas: rojas y azules
La Luna tarda unos 29 días y 12 horas en completar un ciclo. Ese es el tiempo que pasa entre dos lunas nuevas. Así, es difícil que en un mismo mes coincidan dos momentos de luna llena. Cuando eso sucede, a la segunda se le llama de forma popular luna azul. Sin embargo, lo más probable es que nuestro satélite mantenga su color plateado habitual.
Eso sí, hubo alguna época pasada en la que esto no era así. Tal como recuerda la NASA, tras la gran erupción del volcán Krakatoa en 1883, las capas altas de la atmósfera se llenaron de ceniza. En algunas zonas en las que se concentraban ciertas partículas que no dejaban pasar los tonos de luz rojos y anaranjados, la Luna se veía de color azul.
¿Y la luna roja o luna de sangre? Este fenómeno sí es más común. Sucede durante los eclipses totales de Luna, como el del pasado 16 de mayo. En estos eclipses, la Tierra hace sombra sobre la Luna, pero deja pasar un poco de luz solar a través de la atmósfera. La luz de longitud de onda larga (la roja) esquiva con mayor facilidad los obstáculos en su camino y llega mejor nuestro satélite, tiñéndolo de rojo.
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Imágenes | NASA/Europa, ESA/Rea, Unsplash/Sanni Sahil, Corsin Taisch