El género del true crime se ha convertido en el segundo más demandado por la sociedad, según el último estudio de Kantar. Da igual que sean documentales, relatos y debates sobre el tema en podcasts o novelas negras y policiacas. Este género ya está por todas partes.
La primera emoción que necesita satisfacer la sociedad española es la risa, por lo que consumimos comedias e historias románticas en la que reinan las carcajadas.
Sin embargo, la curiosidad o el morbo son otros aspectos que también destacan en nuestra sociedad. Dos emociones que recogen a la perfección las series policiacas, las de detectives antiguas, al estilo de Truman Capote en ‘A Sangre Fría’; y las series documentales de crímenes reales.
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Pero, ¿por qué nos da morbo? Te contamos lo que dicen los expertos, desde psicólogos hasta criminólogos.
True Crime: ¿Qué es y por qué nos gusta tanto?
El término, que proviene del inglés, se traduce como “crimen real”, por lo que no es de extrañar que sus historias nos narren todos los detalles de un caso de asesinato real.
Lo que caracteriza a este género es la profundización en detalles. En series documentales como la española ‘548 días: Captada por una secta’, se recogen testimonios de los investigadores, familiares y hasta de la víctima; por lo que el espectador puede recrear en su entre y a tiempo real la investigación.
Y aquí es donde entra en juego la curiosidad del ser humano. El suspense que se vive y la posibilidad de meternos en la mente de un asesino, despierta un gran interés en las personas. Pero no por cuestiones de morbo, sino por la necesidad de entender el porqué de lo ocurrido.
«Morbo es el gusto por lo desagradable, lo cruel o lo prohibido. Este género de series de crímenes no es morboso, porque no implica un gusto insano por ver sufrir a la gente, tiene que ver con la curiosidad, el conocimiento, la búsqueda de experiencias», explica la psicóloga Ciara Molina.
“A las personas nos inquieta lo desconocido y lo amenazante. Algunas personas encuentran una falsa sensación de control y de seguridad exponiéndose a información detallada de todo aquello aterrador y extraño”, explica Mireia Cabero, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.
“Además, se suma la esperanza del espectador de que la historia tenga un final donde triunfe el bien sobre el mal, tenemos la creencia de un mundo justo y queremos finales felices. Esa necesidad de reafirmación nos engancha”, añade Marc Balcells, profesor del grado de Criminología de los Estudios de Derecho y Ciencia Política, de la misma universidad.
Las principales consumidoras, las mujeres
Además, ya hay estudios que apuntan a que las mujeres tienen más posibilidades de engancharse a los contenidos de crímenes reales que los hombres.
De hecho, el porcentaje es claro: el 70% de las mujeres ya son fans, sobre todo las mayores de 30 años de las generaciones X y Mileniales; mientras que entre los hombros solo hay un 30% de hombres que han visto, leído o escuchado un podcast de true crime.
Según este estudio, publicado en la revista Social Psychological and Personality Science, las mujeres tienen más sentido e instinto de supervivencia y comprender estos casos, ayuda a que se sientan más seguras o preparadas ante una posible situación similar.
El peligro de engancharse a este género
Y estos, no son los únicos estudios que hemos conocido en los últimos meses. Investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya ya han alertado sobre los peligros que conlleva engancharse a contenidos que nos acercan a asesinatos, violaciones y otros delitos.
Es cierto que “no hay una relación directa entre el consumo de contenidos de este tipo y una mayor propensión al crimen”, en palabras de Balcells.
Pero si sientes “terror constante o ansiedad”, vives en “un estado de alerta persistente, o sufres miedo dentro de casa”, puedes estar ante “un consumo excesivo de true crime”, según la psicóloga Chivonna Childs,