En el mundo de los videojuegos es posible pasar mucho tiempo frente a una pantalla y en contacto directo con algún mundo de fantasía casi imposible de imaginar. Pero, ¿qué pasa con la interacción social?
Actualmente existen numerosos videojuegos en los que podemos batirnos contra otros usuarios, algo que en cierto modo nos reconforta al saber que hay alguien al otro lado de la videoconsola. Además, ¿es que ya nadie se acuerda de aquellos momentos en los que hacemos algo extraordinario y no hay nadie cerca para verlo? Nuestras hazañas deben ser admiradas, aunque sea por nuestros oponentes.
una solicitud de patente consistente en un robot ‘amigo’ que nos acompañe mientras vemos la televisión o disfrutamos de los videojuegos.
El caso es que a todos nos viene bien un poco de compañía, incluso si estamos concentrados en pasarnos la última fase de nuestro videojuego favorito. Por eso, Sony ha presentadoAmigo mío
La idea es que este amigo virtual sea capaz de comprender y compartir nuestras emociones. De hecho, según los autores de la solicitud de patente podrá responder a nuestros sentimientos expresando sus propios pensamientos, tanto positivos como negativos, a través de palabras y movimientos.
La idea que baraja este proyecto es la de la visualización conjunta. Y es que ver una película en compañía y comentarla no tiene precio. Lo único que tendría que hacer el usuario sería colocar a su lado el robot y darle al play. A partir de ahí, todo será una divertida velada en compañía de un amigo ¿no?.
Además, este amigo robot se podría convertir en una especie de Pepito Grillo ya que, tal y como recoge la patente, si el usuario está viviendo una vida irregular, el robot puede proponer una mejora del ritmo de vida, por ejemplo, diciendo vamos a la cama pronto. Vaya, que al robot no se le escapa una.
Y es que, gracias a una unidad de deducción de sensaciones, el robot sería capaz de saber cómo se siente en cada momento el usuario. Dicha unidad estaría subdividida a su vez en una primera fase de detección de comunicación no verbal gracias a una cámara. Esta unidad detectaría, por ejemplo, cambios en la expresión facial, una dirección de la mirada o un gesto con la mano. Además, existiría un sensor conectado al usuario que detectaría información biológica tal como la frecuencia cardíaca y el estado de sudoración.
La segunda fase, constaría de micrófonos para detectar sentimientos a partir la comprensión del lenguaje natural. De esta forma, nuestro amigo robot sería capaz de clasificar los sentimientos en tres categorías, a saber, buen sentimiento (sentimiento positivo), mal sentimiento (sentimiento negativo) y ni bueno ni mal sentimiento ( sentimiento neutral).
Según el documento presentado por Sony, «el usuario puede aumentar la afinidad con el objeto real o el objeto virtual a través de la experiencia de visualización conjunta, por lo que la vida del usuario puede enriquecerse aún más».
Debemos tener en cuenta que el hecho de que Sony haya querido patentar esta idea no tiene por qué significar que se vaya a convertir en una realidad en el futuro. Así que, mientras tanto, nos tendremos que conformar con los amigos de carne y hueso. Ni tan mal.