«Ojipláticos» nos hemos quedado al leer en El Economista que una anciana de 82 años de Kansas tiene a su nombre más de 600 millones de direcciones de Internet. Y no es que Joyce Taylor (de soltera Vogelman), que así se llama la protagonista de esta curiosa historia, dedique todo su tiempo libre a registrar direcciones IP. La respuesta a este misterio está en la geolocalización y en la empresa MaxMind, que se dedica al desarrollo de productos GeoIP2 que «identifican la ubicación y otras características de los usuarios de Internet para una amplia variedad de aplicaciones, que incluyen personalizar los contenidos, detectar fraudes, dirigir publicidad, analizar el tráfico, lograr cumplimiento, gestionar digitalmente derechos e implementar funciones de direccionamiento y cercado geográfico».
El problema radica en que la geolocalización no es completamente exacta y MaxMind crea ubicaciones predeterminadas con el fin de aproximar lo más posible algunas localizaciones imprecisas. De esta forma, la granja de la familia Vogelman en Kansas se ha convertido en una dirección por defecto entre las generadas por MaxMind desde que empezó a ofrecer sus servicios hace 14 años. El resultado es que, actualmente la dueña de esta modesta propiedad tiene asociadas a su nombre más de 600 millones de direcciones IP.
Esto, que podría pasar por una mera anécdota, ha generado más de un problema a Joyce y a los inquilinos que alquilan su propiedad, que de tanto en tanto reciben la visita de policías y a agentes del FBI debido a que su localización digital se ha visto envuelta en algún delito. Y es que ante una solicitud IP de las autoridades, su ubicación sale por defecto.
En MaxMind no fueron conscientes de la pesadilla que están viviendo propietaria e inquilinos hasta que una redactora del medio on line Fusion.net se puso en contacto con ellos para preguntarles por este problema. Afortunadamente, han asegurado que intentarán resolverlo lo antes posible, para tranquilidad de los sufridos habitantes de la granja de los Vogelman.