Cuando paseamos por los pasillos y galerías de un museo solemos quedar maravillados por los objetos expuestos en los mismos. Recorrer siglos y siglos de historia, ver de cerca el esqueleto auténtico de un dinosaurio, mirar de frente alguna de las obras artísticas más importantes de la humanidad... lo cierto es que la sensación es, en algunos casos, inexplicable.
Pues bien, aunque pueda sonar un poco extraño ahora es posible tener un museo portátil dentro de nuestro bolsillo y, no, no nos hemos vueltos locos. La idea fue patentada por Hans Fex, un hombre que lleva 4 décadas tratando de acercar la ciencia y la historia a todo el mundo. Su curiosidad y su pasión por la cultura le llevaron a desarrollar Mini Museum, un proyecto que reúne raras muestras en una miniatura de aspecto adorable a la par que interesante. ¿A quién no le gustaría salir a la calle con un trozo del saco de boxeo que alguna vez fue utilizado por Muhammad Ali? Por lo que pueda pasar.
Presumiendo de museo propio
En apenas cinco pulgadas de alto y cuatro de ancho, Mini Museum reúne 29 muestras entre las que podemos encontrar una roca ígnea producida a partir de las erupciones volcánicas que provocaron la mayor extinción en la historia del planeta; un hueso de ave rapaz del período cretácico que se remonta a una edad comprendida entre los 66 y los 167 millones de años; cuentas de momias egipcias que datan del primer milenio antes de la era a.C o un fragmento del letrero original que avisaba a todo aquel que levantase la vista de que se encontraba en Hollywood.
Hans Fex, el creador de esta pequeña locura, comenzó a rumiar el proyecto cuando apenas era un niño. Hijo de un investigador científico, quedó fascinado cuando su padre regresó de un viaje a Malta trayendo consigo algunas muestras incrustadas en resina epoxi. Fue entonces cuando decidió que no estaría nada mal materializar un museo portátil que llevase consigo, entre otras cosas, restos de dinosaurios o rocas lunares. Casi 4 décadas después, concretamente en el año 2014, se asoció con dos amigos para dar forma a esta fantasía infantil. La primera edición de Mini Museum tenía como objetivo recaudar alrededor de los 38.000 dólares pero las expectativas se superaron con creces cuando alcanzaron los 1,8 millones. Tan solo han pasado 5 años de ese primer lanzamiento y Mini Museum va ya por su cuarta edición. Por lo que parece, la idea no era tan descabellada.
«A lo largo de las décadas nunca dejé ir esa idea original. En el camino, tuve la suerte de conocer a muchos científicos asombrosos, curadores de museos, astronautas y otros aventureros. Con su ayuda y el apoyo de miles de personas en todo el mundo, he podido reunir una increíble colección para hacer realidad mi sueño de toda la vida» escribe Hans Fex en la página de Mini Museum.
Cada Mini Museo está hecho a mano con mucho más que mimo. Estos museos portátiles se numeran individualmente con láser e incluyen un certificado de autenticidad, una guía detallada con información sobre todas y cada una de las muestras, una bolsa de microfibra y una caja para guardar a buen recaudo este tesoro.
Regala un diente de megalodón
Eso de que los cumpleaños, los aniversarios y demás parafernalia festiva se repitan cada año nos chupa el cerebro y nos deja sin ideas para regalar a nuestros seres queridos. Pero que nadie se alarme porque la solución podría venir de la mano del proyecto Mini Museum. Además de esta pequeña galería científica, en su página oficial se pueden encontrar productos tan raros a la par que originales como un trozo de diente de megalodón o un trocito de lava del Monte Fuji. Está claro que el homenajeado se va a sorprender con este detalle, como poco.
Ciencia para todos
Además de patentar esta idea con fines comerciales, Hans Fex ha tratado de acercar la cultura y la ciencia al mundo educativo a través de un Programa de Donación Educativa de Mini Museos. «Debido a que creo firmemente en la educación en la ciencia y en la historia, reservamos un cierto número de Mini Museum de cada edición para proporcionar a las escuelas, bibliotecas y otras organizaciones que trabajan con los niños de todo el mundo» escribe en su página web.
Solicitar unidades de este pequeño museo portatil con fines educativos es más que sencillo. Tan solo es necesario que la organización en cuestión demuestre que trabaja diariamente con niños y realice una petición formal. No existen restricciones en cuanto a instituciones públicas o privadas ni tampoco en relación al tamaño de las organizaciones. Mini Museum nació para compartir conocimiento con personas de todo el mundo y, por lo que parece, el proyecto no ha perdido su esencia.
Imágenes | Mini Museum