Es difícil saber si son muchos o no. Se ocultan detrás de un hashtag en Twitter y en Instagram. Pero los pocos datos que se han publicado muestran que el número de personas que abandona Facebook va en aumento. ¿Hay vida más allá de la mirada de Zuckerberg? Un nuevo estudio de las universidades de Stanford y Nueva York muestra que los efectos se hacen notar ya en el primer mes.
30 días después del #LeaveFacebook, el bienestar y la felicidad se disparan. O eso aseguran los investigadores. Pero también hay efectos secundarios. Casi todos los usuarios que habían abandonado la mayor red social del planeta estaban peor informados y menos conectados con las actividades de su entorno. ¿Quiénes son estos valientes que se aventuran más allá de los dominios de Zuckerberg? ¿Cuáles son sus razones y a qué consecuencias se enfrentan?
Un goteo constante
El último año de Facebook no ha sido bueno. Al menos ante la opinión pública (porque en usuarios e ingresos ha seguido creciendo). Desde el escándalo de Cambridge Analytica no levanta cabeza. Los problemas con la privacidad, el uso malintencionado de la plataforma y el auge de los discursos de odio han hecho mella en la imagen de la red social. Y esto ha tenido un impacto directo en la confianza de los usuarios.
Es imposible tener cifras concretas de cuántas personas han abandonado o dejado de usar Facebook en el último año. Aun así, un informe del año pasado del Pew Research Center señalaba que el 42% de los usuarios estadounidenses había decidido dejar de consultar la plataforma durante periodos largos de tiempo. El 26% había borrado la app de sus smartphones. Y el 54% había revisado a conciencia los ajustes de privacidad.
Otros informes (como este de Inc.) señalan que los abandonos de Facebook han sido constantes en el último año. Algunos se atreven incluso a poner cifras y hablan de más de 15 millones de salidas desde 2017. Los analistas más atrevidos señalan ya el principio de la caída del gigante, aunque es muy pronto para aventurar algo así. Pero ¿qué les pasa a los que han dado el paso? ¿Todavía podemos entender el mundo sin Facebook?
Sube la felicidad, baja la información
Durante 30 días, las universidades de Stanford y Nueva York pagaron algo menos de 100 euros a 2.844 personas para que desactivasen sus cuentas de Facebook. Los resultados, publicados en el artículo ‘The Welfare Effects of Social Media’, han sido claros. Dejar Facebook tiene consecuencias positivas sobre la salud de las personas. Pero su uso también conlleva importantes beneficios. ¿Está equilibrada la balanza?
Todos los participantes en el estudio eran usuarios activos de Facebook. Personas que pasaban en la plataforma una hora o más al día. Un grupo de ellos, seleccionado aleatoriamente, fue obligado a desactivar sus cuentas. Los investigadores hicieron seguimiento para detectar a posibles tramposos y monitorizaron el ‘síndrome de abstinencia’ de los usuarios.
“Cuatro semanas sin Facebook mejoran el bienestar y reducen sustancialmente la demanda una vez concluido el experimento. Esto sugiere que factores como la adicción pueden influir en que las personas usen Facebook más de lo que querrían. Si bien la desactivación hace que las personas estén menos informadas, también las hace menos polarizadas”, concluyen los investigadores.
Entre los efectos positivos, los participantes resaltaron que Facebook les ayuda a mantener un contacto más cercano con la comunidad y es una fuente de entretenimiento en información. Esto coincide con los resultados de otro estudio del Pew Research Facebook que señala que el 43% de los adultos estadounidenses se informa principalmente a través de la red social.
Facebook promete cambiar, ¿nos fiamos?
La reacción de Facebook no se ha hecho esperar. De hecho, la compañía lleva reaccionando (con mayor o menor fortuna) desde hace más de un año. Mark Zuckerberg acaba de anunciar, a través de un artículo, sus buenos propósitos para 2019. Facebook quiere ser una nueva red social cifrada y con foco en la privacidad. Un nuevo giro para controlar los daños provocados por la cascada de informaciones que subrayan las malas prácticas de Facebook con respecto a los datos personales de los usuarios.
La última de ellas, tan reciente como del pasado 21 de marzo, sostiene que cualquier persona puede encontrarnos en Facebook a través de nuestro número de móvil. Un dato que es imposible eliminar de nuestro perfil. Aun así, Mark Zuckerberg asegura que se reforzará la privacidad y la seguridad, se reducirá la permanencia del contenido en los servidores de la compañía y se encriptarán todas las comunicaciones.
El problema es que, por el momento, esto no se ha traducido en medidas concretas. Y no es la primera vez que Facebook anuncia medidas similares que acaban en poco o nada. Hace justo un año, en los albores de la crisis, Mark Zuckerberg dijo “tenemos la responsabilidad de proteger tus datos. Si no podemos hacerlo, no merecemos estar a tu servicio”. Y en esas seguimos.
Lo único que queda es esperar para saber si esta vez las medidas van en serio. Pero ni los antecedentes de la plataforma ni el hecho de que los datos personales sean claves en el negocio de Facebook invitan al optimismo. 2019 parece un año decisivo para conocer el verdadero impacto del movimiento #LeaveFacebook. Y observar la profundidad de los cambios en una red social con más de 2.000 millones de usuarios en todo el globo.
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Imágenes | Facebook, Unsplash/Alex Haney, Bernard Hermant