Los trabajos del profesor Carlos Simón Vallés, Premio Fundación Lilly de Investigación Biomédica Clínica 2021, han desvelado la importancia de la microbiota del útero en la concepción.
Las investigaciones de Simón Vallés y su equipo muestran cómo, en muchas ocasiones, la presencia de determinados gérmenes en la misma es la causa de que una paciente no se quede embarazada, presente abortos repetidos o tenga partos pretérmino. «La revolución genética nos permite identificar las bacterias existentes en el útero. A través de una muestra humana podemos distinguir lo que es ADN humano y lo que es ADN bacteriano y, dentro de este, podemos conocer el carnet de identidad de todos los gérmenes y saber si existen gérmenes malos, es decir, si estamos ante microbiota disbiótica y debemos tratarlos para que se produzca un embarazo normal», señala.
Sus investigaciones en este campo han identificado también un momento clave del que depende en gran medida el éxito de la concepción y que marca, incluso, la salud del bebé y la de este en la edad adulta. Se trata del instante en el que el embrión se implanta en la cavidad uterina, un momento que el profesor Simón Vallés identifica como un diálogo y cuyo éxito depende de que el endometrio, tejido que recubre la cavidad uterina, presente unas condiciones moleculares y microbiológicas muy concretas.
un diálogo en la microbiota del útero
«La investigación nos ha permitido conocer las características de la microbiota uterina cuando el embrión llega al útero, entender el diálogo que se establece entre este y la madre en ese momento, justo antes de la implantación. Saber cómo el útero materno le envía una serie de moléculas para que pueda implantarse y cómo el embrión habla con ella para decirle si está bien o no. También sabemos cómo la madre prepara la primera capa del endometrio, que es el epitelio, para indicarle al embrión el momento más propicio para la implantación y cómo, después de la adhesión inicial, la parte inferior del endometrio regula cómo de profundo tiene que invadirla», explica el profesor Simón, para quien los problemas de fertilidad sus pacientes son la principal motivación de sus proyectos de investigación.
En esta línea, el investigador declara que las reproducciones asistidas son procesos «muy ineficientes» -solo 4 de cada 10 mujeres que se someten a una logran tener un bebé-, cuya tasa de éxito mejora en un 15% cuando se planifica la trasferencia, es decir, cuando esta se hace en el momento propicio en el que el epitelio endometrial presenta unas condiciones moleculares concretas que indican que la madre es receptiva. «Es lo que nosotros hemos llamado la firma transcriptómica, el instante en el que los 238 genes del epitelio endometrial se expresan de una determinada manera», aclara.
Otra de las líneas de investigación desarrollada por el profesor Carlos Simón Vallés ha proporcionado una solución a aquellas mujeres afectadas por el síndrome de Asherman, una patología ginecológica poco frecuente que provoca adherencias en el interior de la cavidad uterina o endometrial produciendo en ella un estrechamiento que da lugar a problemas de implantación del embrión. Los trabajos en el campo de la terapia celular desarrollados por este científico han supuesto un importante avance en el abordaje de este problema. Gracias a sus hallazgos, se han logrado caracterizar por primera vez las células madre endometriales humanas e introducir su uso en la práctica clínica como terapia celular para crear un endometrio nuevo en aquellas pacientes que lo precisen.
Estudios para evaluar riesgo de preeclampsia
Por otro lado, el profesor Simón ha centrado sus investigaciones en la preeclampsia, condición obstétrica caracterizada por presión arterial alta en la madre que afecta al 5% de todos los embarazos, con un alto impacto en la mortalidad y morbilidad tanto de la madre como del niño. En este aspecto, estos estudios han proporcionado evidencia de que la resistencia a la decidualización del endometrio está implicada en el origen de esta enfermedad, ofreciendo una nueva perspectiva basada en la contribución materna a la gestación, con el objetivo de desarrollar una herramienta que ayude a los pacientes más susceptibles a la enfermedad, a comprender los mecanismos moleculares del trastorno de resistencia a la decidualización materna y sus traducciones clínicas, con el fin de evaluar el riesgo y el posible tratamiento de la preeclampsia.
«Mediante un análisis de sangre materno determinamos el ADN fetal para saber si el feto está bien. Con nuestros trabajos, lo que estamos tratando es de desarrollar un test que determine el riesgo que podría tener la madre de tener una preeclampsia. Sobre estas investigaciones, existen varias publicaciones, una de ellas en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), que demuestran que cuando una paciente tiene esta enfermedad es porque hay un defecto en endometrio materno y que abordando esto se podrían mejorar las patologías obstétricas», asegura el profesor Simón Vallés, catedrático de Pediatría, Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Valencia, coordinador del Grupo de Investigación en Medicina Reproductiva de INCLIVA y fundador de Igenomix.