Lo dijo Oscar Wilde y lo podría ratificar Van Gogh: “A veces, la naturaleza imita al arte”. Esta imagen del Mediterráneo occidental ha sido creada por la NASA y recuerda mucho al cuadro ‘La noche estrellada’. Con la salvedad de que las espirales nebulosas que pintó el artista holandés son, en el mapa de la agencia espacial estadounidense, remolinos de agua que han dado pie a un nuevo descubrimiento del CSIC.
La imagen de la NASA está incluida en un estudio realizado por investigadores del Sistema de Observación y Predicción Costero de las Islas Baleares (ICTS-SOCIB) y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA.UIB – CSIC), entre otros.
El trabajo, que ha sido publicado recientemente en Journal Operational Oceanography, ha revelado la presencia anómala de un remolino anticiclónico de unos 60 kilómetros de radio entre las Islas Baleares y la costa catalana durante el otoño de 2017.
Y también han estudiado sus consecuencias: la duración y la intensidad de este remolino, mayor que otros años, podría ser la causa de una alteración en el flujo de las corrientes marinas en el mar balear, afectando a la distribución de temperatura, salinidad y nutrientes en esta zona del Mediterráneo.
Cómo se forman los remolinos
Gracias a los sistemas de observación multiplataforma del ICTS-SOCIB desplegados en la zona, se ha podido comprobar que la entrada de aguas atlánticas a través del Canal de Ibiza fue mayor que otros años, coincidiendo con la presencia del remolino. Según la investigadora Eva Aguiar, “el remolino pudo actuar como una barrera, desviando la corriente del norte, que normalmente fluye hacia el sur pegada a la costa catalana hasta llegar a este canal”.
El agua del océano está en constante movimiento, transportando calor y frío e influyendo en el clima. Las corrientes marinas transportan agua cálida desde el Ecuador hacia los polos y agua fría desde estos hacia los trópicos. Estas corrientes forman, en ocasiones, remolinos, o sea, masas de agua que giran sobre sí mismas. La anomalía de 2017 ha llevado a los científicos a plantearse nuevas preguntas sobre la generación de estos remolinos.
De hecho, las conclusiones del estudio han sido recogidas en el informe anual “Copernicus Marine Service Ocean State Report”, elaborado por más de 100 científicos de más de 30 instituciones europeas, incluida la ICTS-SOCIB. Este informe ofrece un análisis exhaustivo del estado del océano global y los mares regionales europeos y, además de contribuir en la toma de decisiones y desarrollo de políticas sobre el medio marino, es también una herramienta en la toma de conciencia sobre el estado de nuestros océanos.
‘La noche estrellada’ del CSIC
Volviendo a Van Gogh, y más allá de la comparación del cuadro con el mapa de los remolinos mediterráneos de la NASA, lo cierto es que ‘La noche estrellada’ ya fue objeto de estudio por investigadores del CSIC y de la Universidad Nacional Autónoma de México en 2006. Y se determinó que plasma con precisión la teoría física de la turbulencia.
El trabajo demostraba que este cuadro, así como ‘Camino con ciprés y estrella‘ y ‘Campo de trigo con cuervos‘, realizados en las épocas de mayor agitación psicótica del pintor, reproducen las leyes observadas en los fluidos turbulentos que describió el matemático ruso Andrei Kolmogorov en 1941, más de medio siglo después de la muerte del artista.
Según aseguró entonces a la agencia EFE el investigador Manuel Torres, del Instituto de Física Aplicada del CSIC, “Van Gogh captó perfectamente la turbulencia de un fluido en algunos de sus cuadros más apasionados, con tal realismo que coinciden completamente con el modelo matemático de Kolmogorov«.
Con Munch no ocurre igual
También se estudió ‘El grito’, de Edvard Munch, pero no fue posible encontrar en él “el escalamiento de Kolmogorov”. Para el trabajo sobre ‘La noche estrellada’, los investigadores digitalizaron distintas pinturas de Van Gogh y calcularon la probabilidad de que dos píxeles, a cierta distancia, tuvieran el mismo brillo o luminiscencia, hecho que se confirmó en varios trabajos del artista holandés.
Quizá haya que esperar unos años para saber si Van Gogh también se anticipó al modelo de los remolinos marinos del Mediterráneo occidental recreados por la NASA y estudiados por el CSIC pero, de momento, nos basta con deleitarnos sabiendo que, a veces, también, la ciencia imita al arte.
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Imágenes | SOCIB, CSIC, NASA, Konrad Jacobs/Wikimedia