Ser astronauta no es nada fácil. Como bien nos contaba en su día Pedro Duque, todos los niños quisieron ser astronautas el día del alunizaje. Sin embargo, pocos sabían las consecuencias que tiene para nuestro cuerpo viajar al espacio.
la revista Muy Interesante, la NASA ha publicado un informe en el que se muestran los problemas que experimenta el flujo sanguíneo de los astronautas, esecialmente en la cabeza, durante las misiones espaciales. Tal y como recoge El estudio, incluido en la revista JAMA Network Open, muestra los resultados obtenidos por los científicos después de realizar pruebas con 11 astronautas que habían vivido en la Estación Espacial Internacional durante, aproximadamente, seis meses.
Viajar al espacio no es moco de pavo
Para que nos hagamos una idea, la falta de gravedad en el espacio provoca la pérdida de masa muscular y ósea. Además, y tal y como arrojan los resultados del estudio realizado por la NASA, pasar una temporada fuera de nuestro planeta puede provocar una pérdida importante de volumen sanguíneo y un debilitamiento del sistema inmunitario. Todo esto ya lo sabíamos, o al menos lo intuíamos, pero este nuevo estudio centra el problema en la vena yugular interna, responsable de drenar la sangre de la cara, el cerebro y el cuello.
Las pruebas que se realizaron ofrecieron resultados totalmente correctos hasta el ya famoso día 50. A partir de ahí, los estudios realizados con ultrasonido mostraron un estancamiento en el flujo sanguíneo de la yugular interna de los astronautas. Además, y según recoge la investigación, uno de los astronautas desarrolló un coágulo en la vena yugular interna durante el vuelo espacial, y otro presentó un coágulo parcial después de aterrizar en este, nuestro planeta. En consecuencia, estos pobres viajeros podrían mostrar hichazón facial, disminución del volumen de las piernas, aumento del volumen sistólico y la disminución del volumen de plasma.
Tal y como recoge Muy Interesante, los investigadores aseguran que «la exposición a un ambiente sin peso durante el vuelo espacial resulta en un cambio crónico de sangre y fluido tisular en comparación con la postura erguida en la Tierra, con consecuencias desconocidas para el flujo venoso cerebral«. Surge entonces una imperiosa necesidad de continuar investigando este campo para conocer en profundidad las implicaciones que puede tener para la salud humana en futuras misiones espaciales. «Nuestros hallazgos destacan la necesidad de una evaluación más exhaustiva de la hemodinámica venosa bilateral durante los vuelos espaciales» aseguran los investigadores.
Esta es la primera vez que los científicos observan estas consecuencias en la salud de los astronautas. Algo que, sin duda, podría tener una fuerte implicación en los viajes espaciales del futuro. Especialmente si hablamos de aquellos planes de la NASA de visitar Marte, algo que pretende convertirse en una realidad más pronto que tarde. En Muy Interesante nos cuentan que una misión tripulada al Gigante Rojo podría alcanzar hasta 400 días, incluso si no implica permanencia humana en su superficie. Por eso, los investigadores insisten en continuar investigando para paliar, en la medida de lo posible, los efectos de la gravedad cero.