El árbitro, ese señor que siempre tiene la culpa de todo. Desde que el deporte existe y necesita de una persona que administre las normas y reglas, las polémicas en torno a esta figura de autoridad han sido una constante. Que si fue penalti, que si el balón no entró, que si menuda galleta le ha metido ese jugador al otro, cuando creía que no le veía nadie… Las jugadas dudosas y las decisiones erróneas han marcado muchas conversaciones de bar y tertulias de amigos. ¿Puede el videoarbitraje acabar con todo ello?
¿El fin de las polémicas arbitrales?
Los nuevos tiempos tecnológicos proponen diferentes soluciones para que la decisión de un árbitro nunca más genere controversia. Ante la duda, se echaría mano del vídeo, de una repetición de la jugada que (supuestamente) serviría para ver claro todo lo que ha pasado y ayudaría al árbitro a decidir cómo tiene que pitar sobre lo sucedido.
HISTÓRICO. Primer penal con ayuda de tecnología en #Nacional–#Kashima del #ClubWC. Falta de Berrío a Daigo Nishi (¿estaba en offside?) pic.twitter.com/G13yhD5cJM
— Camino a Rusia (@caminoarusia) 14 de diciembre de 2016
El debate sobre la conveniencia o no de usar el videoarbitraje es una constante que vuelve cada cierto tiempo, cuando hay una jugada polémica en la que el árbitro se «equivocó» y que fue decisiva para el resultado final del partido. Sobre todo, si hablamos del mundo del fútbol, el deporte rey por la cantidad de seguidores que mueve. Millones y más millones a cuenta de ingresos en publicidad, por televisión, por empresas patrocinadoras, para los clubs, pero también para los torneos. Un penalti mal pitado puede condicionar un partido, una clasificación e incluso un campeonato.
Por eso, el pasado enero, el partido de Liga celebrado entre el Betis y el Barcelona volvió a abrir el debate. La jugada de un gol fantasma provocó muchas reacciones y las voces a favor (y en contra) de que, de una vez por todas, se apueste por herramientas como el ojo de halcón. Este caso contrasta (y complementa) lo sucedido en el Mundial de Clubes del pasado diciembre. Por primera vez en la historia se pitó un penalti después de que el árbitro repasara las imágenes de una jugada entre el Kashima y el Atlético Nacional. Sin embargo, el uso de este mecanismo tampoco restó polémica a las circunstancias de la acción. Pues, anterior al penalti, podría haber existido una posición de fuera de juego… Y es que el videoarbitraje aún tiene mucho camino que recorrer para ser perfecto.
Cómo funciona el videoarbitraje
El videoarbitraje (VAR) que, como decimos, se usó por primera vez, de forma oficial por la FIFA, en el pasado Mundial de Clubes, funciona de la siguiente manera: ante una jugada dudosa, el árbitro pide ayuda a los asistentes de vídeo. Se trata de otros árbitros que permanecen en la sala de vídeos viendo el partido. La decisión de echar mano del VAR también puede venir desde los asistentes, si consideran que una jugada no ha sido bien pitada por el árbitro principal y le recomiendan que vuelva a verla para poder decidir. Se para el partido y los asistentes de vídeo reproducen la escena. A través de unos auriculares, informan al árbitro de lo que están viendo en las imágenes.
Entonces, el árbitro puede decidir ver la jugada por él mismo, a través de un dispositivo (suele ser una tablet). O puede hacer caso de la decisión de los asistentes y pitar según lo que ellos han decidido. La FIFA establece cuatro situaciones en las que el videoarbitraje puede ser empleado:
- Los goles. Por supuesto, el VAR sirve para dictaminar si un gol ha de ser concedido o no por alguna infracción que haya podido cometerse. En esta categoría entran también los goles fantasma, aquellos que no se sabe si han traspasado la línea.
- Penaltis. Otra jugada determinante para la resolución del encuentro. Si hay dudas sobre si existe o no penalti, el videoarbitraje puede echar una mano.
- Tarjeta roja. La expulsión de un jugador puede ser clave para la evolución de un partido. Saber si una acción es merecedora o no de tarjeta también se podrá decidir mediante el vídeo.
- Confusión de identidad. En ocasiones, un árbitro puede no estar seguro de qué jugador ha cometido una infracción o a quién se ha amonestado anteriormente.
VAR vs. Ojo de Halcón
El uso del videoarbitraje tiene muchas ramificaciones polémicas. Una de ellas es su conveniencia o no frente a otros mecanismos de revisión de la jugada como puede ser, por ejemplo, el ojo de halcón. El ojo de halcón se lleva estudiando desde 2013 pero, según Javier Tebas, el presidente de la Liga, no llegó a implantarse por lo elevado de su coste. Se trata de una tecnología que graba el partido desde diez cámaras (en el caso del tenis) en posiciones clave. Las cámaras disponen de sensores de alta resolución. Cada jugada puede ser analizada mediante el mapa 3D que se genera con una triangulación de las imágenes.
Pero, como decimos, esta tecnología es descartada por los dirigentes de la Liga, que consideran que el videoarbitraje es una evolución a este sistema y que en 2018 funcionará ya en las principales ligas internacionales. De hecho, hace poco se supo que la Premier inglesa va a utiliza el VAR en la FA Cup de la próxima temporada.
Hay gente en contra
Las ventajas de la tecnología aplicadas a la resolución de conflictos deportivos parecen evidentes. Sin embargo, no todo el mundo está a favor de la implantación de este sistema. El colectivo arbitral se ha manifestado en contra porque piensan que «acaba con la esencia del fútbol». Usarlo significa parar el partido, incluso varios minutos. Se perdería dinamismo y agilidad. Por eso, algunos creen que debería limitarse esta función a casos muy contados, como el del gol fantasma.
Otras opiniones en contra manifiestan que este sistema daría más protagonismo al árbitro y haría descender la espectacularidad de los encuentros, pues se volverían más lentos. Además, la polémica del Mundial de Clubes que os hemos contado más arriba demuestra que la fiabilidad del sistema no funciona al 100% y que se tendrían que mejorar muchos aspectos antes de depender del videoarbitraje.
¿Qué pasa en otros deportes?
Nos hemos centrado en el mundo del fútbol porque, por su popularidad mundial y social, su posible uso siempre genera mucho debate. Pero, de hecho, hay muchos deportes que ya están utilizando la tecnología del videoarbitraje para las decisiones que no están claras.
- Tenis. Los jueces de esta disciplina hace mucho tiempo que se sirven de la tecnología del Ojo de Halcón para determinar si una bola ha salido fuera o no de la pista. Un jugador puede pedir su uso. Si se dan tres errores en un mismo set, el jugador pierde la oportunidad de seguir usándolo.
- Baloncesto. Euroliga y NBA permiten usar el VAR. En el caso de la ACB de nuestro país, su empleo se limita a los dos últimos minutos de cada cuarto. Se puede emplear para dilucidar las faltas, los fuera de banda, las canastas de tres o dos puntos, tiempos de posesión…
- Fútbol americano. Los touchdowns y la pérdidas y recuperaciones son revisadas por los árbitros mediante videoarbitraje. Cada equipo tiene, además, la oportunidad de revisar una jugada. Si se establece que tenían razón en su protesta, se conserva la opción de usarlo de nuevo. Pero si se mantiene la decisión que les perjudica, lo pierden y se les penaliza con la pérdida de un tiempo muerto.
Videoarbitraje: tecnología aplicada al mundo del deporte. Y vosotros, ¿cómo os posicionáis: a favor o en contra?
Imagen | FIFA, Pixabay
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