»¡Papá, otra vez el WiFi! ¡Y estaba batiendo mi récord! Llama de una vez y que lo arreglen». No sé si os resultará familiar esta y otras muchas frases similares en casa pero, hoy en día, casi nadie se libra de esa relación amor-odio con su propio WiFi. La progresión geométrica de los equipamientos tecnológicos en hogares y empresas, la conectividad en movilidad y las nuevas necesidades de ancho de banda y latencia en el hogar (por ejemplo, para jugar online en calidad HD o 4K) hacen que, un medio difícilmente controlable como el espectro radioeléctrico en las bandas de WiFi, se convierta en un auténtico dolor de cabeza tanto para operadores como para usuarios finales.
¿Pero a qué se deben estas carencias de nuestro WiFi? Por una parte, asistimos a la superpoblación de dispositivos WiFi en la banda de 2,4Ghz que, en ciudades, puede hacer casi inutilizable esta banda. Basta con echar un vistazo al entorno WiFi con una app gratuita como WiFi Analyzer (o en la propia interfaz de algunos routers) para descubrir la saturación de esta banda que, seguramente, en un futuro se traslade también a la banda de 5Ghz, hoy en día mucho más descargada.
Además, no es suficiente con tener cobertura pues, dado que el espectro es un medio escaso compartido entre todos los dispositivos WiFi del entorno, dichos dispositivos tienen que repartirse el tiempo de uso de cada canal radioeléctrico. Sí, nuestros dispositivos se reparten el tiempo con los de todos los vecinos que estén utilizando el mismo canal y eso hace que, en entornos muy saturados, la percepción pueda ser de corte o bloqueo de la señal incluso si nos situamos cerca del router.
selección automática de canal (ACS) y beamforming
Las soluciones a este tipo de problemas, desde el punto de vista tecnológico, han llegado por mejoras en los routers, como la selección automática de canal (ACS) que permite al dispositivo escanear periódicamente el entorno y recolocarse en el canal WiFi menos saturado. También se han incorporado soluciones como el ‘beamforming’ que optimiza la geometría de la señal radio de forma que ‘apunte’ hacia los dispositivos conectados al router, mejorando la relación señal / ruido y minimizando el efecto de las interferencias de señales en canales contiguos.
En cuanto al propio estándar WiFi, ya se está trabajando en la evolución hacia 802.11 ax que permitirá una asignación dinámica de capacidad repartiendo, no sólo el tiempo en el que cada dispositivo usa un determinado canal, sino ‘troceando’ las frecuencias y asignándolas en función de las necesidades de forma que se optimice el uso del medio. Para ello, incorporará tecnologías como OFDMA, modulación 1024-QAM, TWT, etc. La promesa de WiFi ax es una mejora sustancial en la estabilidad, velocidad y seguridad del acceso WiFi, aunque el camino no es sencillo y el proceso de estandarización ya ha sufrido retrasos. No es previsible que tenga efecto real en el mercado hasta 2020 o, más bien, 2021. En la actualidad, apenas existen dispositivos que soporten esta tecnología.
Ante este panorama, hemos empezado a asistir a la aparición en el mercado de sistemas WiFi tipo ‘mesh’ que, básicamente, consisten en un conjunto de repetidores WiFi (normalmente packs de 2 o 3) que gestionan de una manera ‘inteligente’ ese saturado entorno. Uno de estos dispositivos se conecta por cable al router sustituyendo el WiFi del mismo (que debe apagarse en ese caso) y los otros repetidores se distribuyen por el hogar o la oficina. La diferencia de los repetidores WiFi estándar y estos sistemas es la incorporación de una solución software propietaria que gestiona de una forma más eficiente la conectividad:
band steering: la elección de la banda más adecuada
En primer lugar, gracias a la funcionalidad ‘band steering’, nos olvidaremos de tener dos redes diferenciadas para 2,4 y 5Ghz. Solo veremos un único nombre de red (SSID) al que conectar los dispositivos y será el propio sistema el que, en función del estado de las bandas, el tipo de dispositivo y su ubicación ‘moverá’ a cada uno de ellos a la banda más adecuada de forma transparente. Por ejemplo, intentará colocar a todos los dispositivos ‘dual band’ en la banda de 5Ghz, más veloz y menos saturada. Pero si, en determinados entornos o en puntos muy alejados del router, se determina que puede obtenerse mejor rendimiento en la otra banda, se realizará este cambio sin necesidad de acción del usuario y sin cortes en el servicio.
Por otra parte, estos sistemas presentan la funcionalidad de »client roaming» para solucionar el problema de ‘sticky clients’ cuando hay varios puntos de acceso WiFi. Vamos a explicar qué es eso: imaginemos un entorno con un router y un repetidor WiFi tradicional. Si nuestro smartphone se conecta al router porque estamos cerca de él y nos movemos a una ubicación alejada del router pero cercana al repetidor, el smartphone puede quedarse »enganchado» al router mientras que aún le llegue algo de señal.
Esta situación genera un comportamiento bastante deficiente del dispositivo, cuando lo normal sería que se conectara al repetidor próximo, algo que sólo haría cuando perdiera totalmente la conexión con el router y, por tanto, se produciría un corte en la comunicación. Pues bien, la funcionalidad de »client roaming» permite que cada dispositivo esté siempre conectado al mejor punto de acceso y que el »salto» de uno a otro se produzca sin cortes, de forma similar al funcionamiento de las redes de telefonía móvil.
más herramientas disponibles
Por otra parte, estas soluciones, al interconectar todos los nodos de la red WiFi de forma inteligente, permiten contar con herramientas de visualización de la topología, propagar modificaciones por toda de red de forma automática (por ejemplo el cambio de la clave WiFi), etc.
Hoy ya podemos encontrar soluciones de este tipo en grandes superficies proporcionadas por proveedores tradicionales de equipos de red y también por otros »gigantes» que han lanzado su propia solución, como Google con su Google WiFi, un claro síntoma de la relevancia de la problemática a la que intentan dar solución.
¿Cuál es el inconveniente de estas soluciones? Por una parte su coste, ya que un pack de 2 o 3 unidades puede rondar los 250 a 350€; por otra, que desaprovechamos uno de los puntos WiFi existentes ya que sustituye al del router, que deja de operar. ¿Por qué no incorporar entonces esta tecnología dentro del propio router, utilizando su WiFi y extendiéndolo, si es necesario, con repetidores con la misma tecnología?
wifi inteligente de orange, una solución pionera en España
Parece que este es el sentido en el que se deberían mover los operadores tradicionales y, prueba de ello, es el lanzamiento de la primera solución de operador en España de este tipo con el WiFi inteligente que ha lanzado Orange. La ventaja, en este caso, es que la solución la ofrece y soporta el propio operador que proporciona el servicio sin coste adicional (incluido en el propio router) o con un coste muy limitado si incorporamos un repetidor inteligente (por debajo de 50 euros).
Hay que celebrar este tipo de iniciativas y movimientos hacia una mayor calidad en las conexiones WiFi que, al mismo tiempo, contribuyen a evitar sobresaltos inesperados en la paz familiar.
En Nobbot | Livebox 6 de Orange: 5 cosas (o más) que debes conocer sobre este router con WIFI-6