En nuestras ciudades ya se venden y alquilan casas diminutas a precios astronómicos, pero la cosa puede ir a peor si la idea de unos investigadores franceses del Instituto Femto-ST llega a oídos de especuladores inmobiliarios. Estos ingenieros han utilizado microrobots para ensamblar la casa más pequeña del mundo, que tiene solo 0,015 milímetros de alto. La casa microscópica es alrededor de medio millón de veces más pequeña que una casa de dos pisos. Construida en fibra óptica, tiene un techo a dos aguas tradicional, cuatro ventanas, una puerta, chimenea y paredes hechas de una membrana de sílice ultra fina de tan solo 0.0012 milímetros de grosor.
Cualquier día, al hilo de la nueva burbuja del ladrillo, la vemos anunciada en Idealista, destacando sus buenas vistas y espacioso salón, o analizada en Zulista, un perfil de Twitter especializado en pesadillas inmobiliarias. De momento, no es ese el objetivo de los científicos que han construido esta casa microscópica, que solo quieren “demostrar que podemos ensamblar microsistemas sobre una fibra óptica con alta precisión», según el ingeniero Jean-Yves Rauch.
«Por primera vez pudimos realizar diseños y ensamblaje con menos de dos nanómetros (0.002 micras) de precisión, lo cual es un resultado muy importante para la comunidad de robótica y óptica», añade.
una casa microscópica sin espacio para mascotas
Para construir este coqueto pisito (con poco espacio para mascotas, esa es la verdad) los ingenieros utilizaron un pequeño robot que trabajaba en una cámara de vacío. Se utilizó un rayo de iones para cortar las paredes y la fina lámina de sílice que forma el techo de la casa microscópica. Pero como no hay casa sin decoración, los científicos también combinaron el rayo con una inyección de gas para crear el patrón de mosaico en el techo.
Para la construcción de la casa, los investigadores instalaron elementos de detección miniaturizados en las puntas de fibra para que los ingenieros pudieran ver y manipular los diferentes componentes. Desde el American Institute of Physics, que ha publicado esta investigación, afirman que “el avance abre la puerta a futuras aplicaciones en otros ámbitos, ya que se pueden insertar fibras ópticas delgadas como el cabello humano en lugares inaccesibles como los vasos sanguíneos para detectar, por ejemplo, moléculas virales”.
Bueno, como decíamos al principio, en España no nos quedamos atrás en cuestión de casas microscópicas. Despidámonos con este gran hallazgo patrio que viene a demostrar la pujanza de nuestra investigación en este campo, cortesía de el Zulista. Si os quedáis con ganas de ver más, en Mémesis han hecho una gran recopilación.
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— elzulista (@elzulista) 24 de mayo de 2018